Gana 1.867 millones hasta marzo, un 14% más, por el empuje de Brasil y España
El Santander solo se plantearía una operación corporativa si con ella obtuviera rentabilidades mínimas del 15 ó 16 por ciento. Así explicó ayer el consejero delegado, José Antonio Álvarez, una de las dos condiciones que tendrían que cumplirse para que el banco se interesara por el Popular o por cualquier otra oportunidad que surja en el mercado, como Unicaja. Sobre el futuro de la entidad que preside Emilio Saracho, el número dos del banco no quiso pronunciarse, "tendrán que decidirla sus gestores", si bien aseguró que en todo caso el Santander solo se plantearía una operación si tiene sentido financiero, para lo que se necesita esa rentabilidad que supera en unos 5 puntos básicos el coste del capital del Santander y el aumento del beneficio por acción.
La mejora de la eficiencia es uno de los motores que promueven fusiones bancarias y en opinión de Álvarez y en contradicción con Christine Lagarde, directora gerente del FMI, en España no hay "una necesidad perentoria" de integraciones ya que el sistema español es una de los más eficientes de Europa.
El Santander sorprendió ayer al mercado con unos resultados trimestrales de 1.867 millones de euros, cuando se esperaba que estuvieran entre una horquilla de entre 1.720 a 1.790 millones.
Bate expectativas
Mercados sobre los que se tenían dudas por incertidumbres macroeconómicas o políticas batieron las expectativas. Brasil se anotó una mejora del beneficio del 38 por ciento, sin tener en cuenta la subida de la divisa carioca. De tener en cuenta la evolución del real, los resultados dan un salto del 77 por ciento. El crecimiento de las ganancias en los últimos tres meses, 275 millones de euros, es superior a la aportación de filiales como Portugal, Chile, EEUU o México, que gana 163 millones, con un alza del 14 por ciento. En este último país también planeaban dudas sobre el efecto en su economía del anuncio de las medidas proteccionistas anunciadas por Donald Trump.
En el Reino Unido, su segundo mercado más relevante, el Brexit tuvo en balance "un efecto inmaterial" en cuanto a volúmenes. Un proceso largo, opinó Álvarez, cuyo punto final será un "gana-gana" para las dos partes, pero que tendrá altibajos en el camino. Por lo pronto, la filial británica, de las pocas que reduce su aportación al beneficio del grupo, ganó un 8 por ciento menos, afectado por la depreciación de la libra. A tipo de cambio constante, el resultado crece un 3 por ciento.
En cuanto a España, aporta un 15 por ciento al resultado global, 362 millones, con una mejora del beneficios del 18 por ciento. Pese a subir las comisiones en la Cuenta 1/2/3 y obligar al uso de la tarjeta de crédito, el banco captó 127.000 clientes netos en el trimestre en su producto estrella y emitió más de un millón de tarjetas.
El crédito aún decrece en España un 3 por ciento en términos interanuales, si bien se espera que este año se salde con una pequeña subida o una evolución plana.
Sobre su apuesta por al digitalización, Álvarez resume el trimestre con optimismo y resalta que la mitad de las operaciones bancarias que se realizan en España para pagar a través del móvil las hacen clientes del Santander gracias a Apple Pay. La próxima apuesta en esta materia es el relanzamiento de Open Bank puramente digital en los próximos meses.