
Mañana es un día señalado en el calendario de Gas Natural Fenosa (GNF): vence el plazo para que Colombia anuncie qué hace con Electricaribe, filial de la empresa española en el país, que el Gobierno intervino temporalmente hace cuatro meses.
Hasta hace semanas, las autoridades decían que sólo contemplaban la liquidación o la nacionalización. Sin embargo, según se ha aproximado la hora de la verdad, su discurso se ha moderado; la ministra de Exteriores, María Ángela Holguín -inspirándose en una clásica maldición- ahora opina que "es mejor un mal arreglo que un buen pleito".
El pleito al que se refiere la canciller lo abriría GNF en la corte de arbitraje del Banco Mundial si las constantes negociaciones que mantiene con el Gobierno -al más alto nivel- no concluyen en una situación satisfactoria para ella; y desde el principio ha dicho que no le gustaría perder su filial, lo que excluye tanto la liquidación como la nacionalización. GNF sabe que los jueces internacionales recibirían muy bien sus quejas: "No me pagaban por el servicio y encima me han quitado la empresa".
El Gobierno es consciente de que tienen muchas posibilidades de perder si los árbitros internacionales terminan pronunciándose y, además, llegar a juicio no soluciona el problema de Electricaribe, que pasa por modificar una enquistada cultura del impago -empezando por las entidades públicas- y por cambiar la Ley para que los consumidores paguen la energía a los generadores, y no la distribuidora -el intermediario- como ahora sucede; paralelamente, hay que invertir para modernizar las redes y prestar un buen servicio. Hay que hacerlo esté la empresa en manos de GNF o no, y GNF llevaba 16 años sobrellevando la situación sin que las autoridades reaccionaran. Lo están haciendo ahora, que controlan Electricaribe, cortando la luz al moroso y concienciando a la población.
Sorprendería que Colombia no se ahorrase problemas, cambiando la legislación y devolviendo la empresa a su dueño a cambio de un buen plan de inversión. Eso sí, quizá con un plazo adicional para asimilar el trágala.