
Si París fue el lugar escogido para anunciar el acuerdo de compra de Opel y Vauxhall por el Grupo PSA, Ginebra ha amanecido hoy como el escenario donde debía firmarse el armisticio en que cada compañía dejaría clara su respectiva posición. Pero las posiciones que ayer parecían claras, como la del mantenimiento de las adjudicaciones a la fábrica de Opel en Figueruelas, hoy pasan a ser cuestionadas en función de la rentabilidad de la factoría a medio y largo plazo.
El Salón del Automóvil de Ginebra inicia una nueva edición con el foco puesto sobre la operación del año en el sector, y sobre todo, de la posición que mantiene el directivo que regirá los destinos del octavo productor mundial de automóviles, muy cerca ya de FCA (Fiat- Chrysler). El presidente de PSA, Carlos Tavares, será el encargado de integrar a Opel en en un nuevo triángulo con Peugeot y Citroën. Pero si Tavares mandó el lunes un mensaje de confianza y tranquilidad para todas las marcas presentes en España (PSA cuenta con fábrica en Vigo y Madrid, y Opel en Aragón); hoy en un encuentro con la prensa alemana donde elEconomista ha estado presente ha sido mucho más crudo.
Tavares ha subrayado a los medios alemanes que su principal objetivo es que Opel vuelva a ser rentable al precio que sea, algo que no consigue la marca alemana desde 1999. Un mensaje en un tono muy diferente al que sostenía hoy mismo por la mañana ante la prensa internacional durante la presentación del Opel Crossland X y la línea deportiva de Insignia. Si allí repetía que querían crear "un campeón europeo" con el acento puesto en los trabajadores y el futuro de la marca; en petit comité por la tarde ha seguido la misma línea, pero mucho más dura. Tavares sostiene que su idea es que Opel aporte al grupo "eficiencia y valor", y si para ello tienen que ser alemanes los que lideren esta vuelta a los números negros "que lo sean, pero sino, lo serán otros, pondremos a los mejores".
Una de cal y otra de arena, pues los guiños que lanzó fueron a tres países muy concretos: Alemania, Inglaterra y Francia. El camino es el mismo que ya emprendió Tavares con el grupo PSA, cuando lo devolvió a la rentabilidad tras registrar pérdidas milmillonarias. El directivo portugués reconoce abiertamente que ninguna fábrica está exenta de cambios, y que existe un "riesgo" evidente. Aunque dice no saber "los detalles de cada modelo o fábrica", sí que lanza a cada una de ellas que se pregunten "¿qué ha hecho en los últimos 10 años por Opel?", en alusión a su competitividad.
2019, el año donde se cierra el 'círculo'
Tavares asegura que hasta 2019, todo se mantendrá igual, ya que hay acuerdos e incluso cuestiones de propiedad intelectual donde General Motors aún tiene vigencia. Esto es algo que el propio presidente de General Motors, Dan Ammann, reconocía a este periódico personalmente. Pero a partir de ese año, con la salida de la firma norteamericana del plano central, todo es una incógnita, no hay nada seguro. El presidente de PSA abre la puerta a redefiniciones de estrategia "si es necesario", ya que su objetivo, insiste, en que "Opel-Vauxhall sea rentable".
Esto influye en gran medida a Figueruelas (Aragón), ya que al ser preguntado directamente sobre si se mantienen los planes de estrategia donde el Mokka X pase a ser fabricado de la factoría española a la alemana de Eisenach, no dejó nada atado.
Sucede que, sobre el papel, Figueruelas 'dejará ir' en 2019 el Mokka X a Alemania, y a cambio, recibiría el pequeño utilitario Adam además de mantener el Corsa, uno de los superventas de la firma. El propio Crossland X que hoy ponían en escena también se fabricará en la fábrica aragonesa. Pero con la irrupción de PSA, nada se puede garantizar. Para Tavares, 2019 será el año donde "se cerrará el círculo". La situación de las fábricas a nivel general es el siguiente según Tavares, PSA mantiene una capacidad del 98% en sus factorías, a diferencia de las de Opel, que se situarían en un 82%, aunque dijo que esto "no es dramático".
A finales de este mismo año harán un estudio donde empezarán a vislumbrar las duplicidades y los planes que tiene que llevar a cabo la marca germana, esto sería un primer paso del plan de negocio que prepararán a largo plazo.
Por su parte, el consejero delegado del Grupo Opel, Karl-Thomas Neumann, asintió que las dos empresas se beneficiarán de las economías de escala generadas por la cooperación entre ambas, y compartió lo de que crearán un "auténtico campeón europeo". Sin embargo, al ser preguntado por este diario si habría cambios en las fábricas españolas, no quiso hacer ningún comentario.
Nuevo plan de negocio
Cuando los acuerdos de propiedad intelectual de Opel con General Motors expiren, el 'salvador' de PSA abre la veda a muchas posibilidades. Desde que el nuevo eje francoalemán comparta sinergias estratégicas y de conocimiento, hasta apuntalar a Opel en su plan de vehículos eléctricos e incluso lanzarla a nuevos mercados como China.
En ese sentido, PSA planea que en 2023, el 80% de sus vehículos sean eléctricos, aunque "esto no es seguro, dependerá del consumidor y de los reguladores, una empresa al final tiene que ser rentable, si no lo es, acabaré por no vender coches". Por esta misma razón, tampoco dilapidó del todo la tecnología Diesel.