
1986. Ese fue el último año en el que las concesionarias de autopistas de peaje de España perdieron dinero. Hasta 2015. Veintinueve años después, las 28 sociedades que explotan la red de carreteras de pago registraron de nuevo números rojos. Y, además, de un volumen tan abultado como 540,9 millones de euros, una cifra superior a las pérdidas acumuladas entre 1974 y 1986.
Así consta en el Informe sobre el sector autopistas de peaje en España que el Ministerio de Fomento ha publicado recientemente, aunque sus datos corresponden al ejercicio 2015.
Los números rojos referidos se explican básicamente por las provisiones que acometió Acesa, aunque también por los menores ingresos por subvenciones y compensaciones y los mayores gastos de explotación. No en vano, 14 de las 28 sociedades registraron pérdidas.
Propiedad exclusiva de Abertis, Acesa explota las autopistas AP-7 Barcelona-Tarragona, AP-7 Barcelona-La Junquera, AP-7 Montmeló-El Papiol y AP-2 Zaragoza-Mediterráneo. La concesionaria acometió un deterioro total de 1.234,6 millones en 2015 por un conflicto con Fomento respecto a una compensación por el descenso de los tráficos de la AP-7.
Esto derivó en que incurriera en un resultado antes de impuestos negativo de 666,2 millones. Con todo, la concesionaria catalana elevó en septiembre de 2015 un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Supremo por el desacuerdo que mantiene con departamento que hoy dirige Íñigo de la Serna desde hace varios años respecto al acuerdo que las partes alcanzaron en 2006, ratificado por Real Decreto.
En virtud del mismo, la compañía se comprometió a acometer ampliaciones y mejoras en la vía y a aplicar descuentos en los peajes, a cambio de que el Estado asumiera el riesgo del tráfico de la autopista si el volumen de usuarios no alcanzaba ciertos niveles. El Ejecutivo comenzó a plantear dudas sobre estas compensaciones en 2012.
Sin las provisiones de Acesa, el resultado global habría arrojado una ganancia de casi 126 millones. En 2014, el beneficio ascendió a 742,1 millones, de los que, por el contrario, la concesionaria de Abertis aportaba 555,9 millones.
No fue la única que deterioró sus cuentas. También lo hicieron, aunque con cuantías mucho más modestas, Iberpistas (A-6), operadora también de Abertis, Aucosta (AP-7 Cartagena-Vera), de Globalvia, Ploder, CAM y Unicaja; Aucalsa (A-66 Campomanes-León), de Itínere; y las autonómics Aucat (C-32 El Vendrell-Barcelona) e Invicat (C-32 Montgat-Palafolls), ambas controladas igualmente por la concesionaria catalana.
De las 28 sociedades (serían 29 con Bidegi pero el informe no recoge sus datos), la mitad tiñó de rojo su resultado antes de impuestos. A ello, además de las provisiones, contribuyó el incremento de los costes financieros, que subieron de 348,5 a 449,4 millones (+28,9%), en un contexto en el que la deuda de las concesionarias elevó el ratio sobre cursos hasta 2,84 veces (2,60 en 2014).
Además, las subvenciones y las cuentas de compensación bajaron el 45%, hasta 245,1 millones, al tiempo que los gastos de explotación y la amortización de inmovilizado repuntaron un 14,1%. Los ingresos por peajes, por su parte, crecieron hasta 1.720 millones (+5,6%), con Aumar y Acesa a la cabeza.