
Martin Blessing, el presidente del Commerzbank, el segundo banco más grande de Alemania, ha admitido la responsabilidad de las entidades bancarias en la crisis financiera global, y promete "hacerlo mejor en un futuro". En una entrevista que publica el diario Bild, el directivo confiesa que "no tenemos medallas que ponernos" y que "también nosotros, en el Commerzbank, hemos cometido errores".
El banquero de 45 años, que lleva medio año al frente del Commerzbank, reconoce que también ellos adquirieron créditos de alto riesgo en Estados Unidos, confiando en las valoraciones de las agencias de rating.
"Era algo habitual, pero no deberíamos haberlo hecho", prosigue Blessing.
Agradecimiento al plan de rescate
En cuanto al millonario paquete de rescate para los bancos de Alemania que el Parlamento y el presidente federal, Horst Köhler, rubricaron ayer en tiempo récord por un procedimiento de urgencia, asegura que "merece todo mi respeto y agradecimiento", y lo califica de una "señal importante" por parte de la política.
Con 42.000 trabajadores y 9 millones de clientes en el mundo, el Commerzbank anunció el mes pasado la adquisición del Dresdner Bank, una operación valorada en 9.800 millones de euros, que "no peligra", explica Blessing, porque "pagamos sobre todo con un paquete accionarial propio".
Admite que "si los bancos tuvieran el dinero para afrontar esta tremenda crisis, no necesitaríamos un paquete de rescate", para concluir que "por esta razón son fundamentales las garantías del Estado".
Deutsche Bank, ajeno a las disculpas
El que no ve motivo alguno para pedir disculpas es Josef Ackermann, el presidente del Deutsche Bank, la primera entidad bancaria en Alemania.
En un adelanto de una entrevista con el dominical Bild am Sonntag, Ackermann explica que "pese a la crisis hemos ganado 3.000 millones de euros y nos podemos permitir adquisiciones como la del Postbank", aludiendo a la entidad bancaria que dirige.
Considerado la encarnación del capitalismo en este país, de poco sirve que el viernes se declarara dispuesto a renunciar a sus bonos anuales, las primas que reciben los banqueros por beneficios.
Ackermann sigue teniendo que encajar las críticas por su defensa a ultranza de "la competencia por rendimientos más altos", que en su opinión es "lo que ha llevado tan lejos a la humanidad", apunta en el dominical.