Empresas y finanzas

El ex presidente de Colonial se elevó su blindaje mientras vendían el grupo

Mariano Miguel, ex presidente de Colonial

Una buena jugada que no ha salido bien. Es lo que le ha ocurrido al último presidente de Colonial, Mariano Miguel, que se disparó su salario total de dos millones de euros y su blindaje a 3,9 millones de euros, cuando perdía el control del timón de la inmobiliaria ante una lluvia de ofertas para comprar la sociedad. Lo mismo hicieron Francisco Molina y Juan Ramírez, otros dos consejeros ejecutivos y hombres de confianza de Luis Portillo, el fundador de Colonial.

Ahora estos tres ex directivos más otros dos que se han marchado del grupo están reclamando a los nuevos dueños de Colonial, La Caixa y el Banco Popular, que les pague sus correspondientes indemnizaciones derivadas de los ceses de sus cargos y que suman una cantidad de 23 millones de euros. En un informe enviado a la CNMV, tres consejeros ejecutivos se subieron "sustancialmente sus retribuciones" para el ejercicio 2008. Una decisión que adoptaron "entre enero y marzo de este año", cuando se avecinaba un cambio de accionistas.

Tres meses de sorpresas

Sólo tres meses pero frenéticos para la inmobiliaria. En ese periodo, Joaquín Rivero, presidente de Gecina, admitió ante la CNMV mantener negociaciones para comprar Colonial. Más tarde aterrizó la división inmobiliaria de General Electric en España, que reconoció ante el supervisor de mercados estar en conversaciones con los accionistas de Colonial para lanzar una oferta y adquirir todo el capital. Y no hay dos sin tres. En ese plazo desembarcó un fondo de Dubai y admitió que también estaba en conversaciones para comprar la inmobiliaria.

Al final, el cambio de dueños de la inmobiliaria llegó a finales de abril, de manera forzosa pues los bancos acreedores de Luis Portillo se quedaron con las acciones del empresario. Cuando se efectuó ese cambio salieron dos de los consejeros ejecutivos, Francisco Molina y Juan Ramírez. En cambio, Mariano Miguel tardó más en cesar del cargo y se marchó a mediados de julio.

Eso sí, los tres directivos tenían asegurados sus blindajes y, además, ya habían ganado dinero con la subida del salario que decidieron en el primer trimestre del año. En concreto, el ex presidente del grupo, que además asumió el cargo de consejero delegado durante seis meses, contaba con una retribución anual de casi dos millones de euros y un blindaje de 3,9 millones de euros, un 77 por ciento superior a la del actual presidente de Colonial, Juan José Bruguera, que se situará en un máximo de 900.000 euros.

Estas subidas de retribuciones también hay que contextualizarlas en un momento crítico para la salud financiera de la inmobiliaria. El grupo estaba asfixiado con su deuda, de hecho, ya había pedido a sus bancos acreedores que le aplazaran un pago de más de 1.900 millones de euros. Un importe que las entidades le exigieron a la sociedad al incumplir algunos puntos del contrato del crédito.

Reclamar ante los tribunales

Ahora, Mariano Miguel, Francisco Molina y Juan Ramírez reclaman al grupo que les pague sus indemnizaciones globales por 6,8 millones de euros (ver cuadro). Pero no son los únicos. Otros dos consejeros de su filial Riofisa, Jose María Riesgo y Jaime Barón, también exigen sus compensaciones económicas, 10,5 y 5,7 millones de euros, respectivamente. El caso de estos dos últimos directivos tiene un matiz más profundo, pues han decidido llegar más lejos y han demandado al grupo por impago.

Con una deuda asfixiante, una crisis inmobiliaria más una financiera, los nuevos dueños de Colonial han tomado cartas en el asunto para borrar del mapa la política de retribución de los antiguos socios. ¿El objetivo? "Garantizar su efectiva sujeción a los mismos límites legales y estatuarios de la retribución de los administradores", señala el consejo en el informe, donde solicita a los accionistas que en la próxima junta, 20 o 21 de noviembre, se cambien los salarios de la cúpula administrativa. Y es que, a su juicio, la hoja de retribuciones económicas de los altos directivos no cumplía con las principales recomendaciones de buen gobierno corporativo. Por ejemplo, no informaba de los sueldos, ni blindajes a los accionistas.

La propuesta que hace ahora es que el actual presidente de Colonial, Juan José Bruguera, reciba una remuneración anual fija de 300.000 euros. Una cifra muy inferior al millón de euros que se fijó Mariano Miguel. También Bruguera percibirá dietas por asistencia al consejo (4.800 euros) por cada consejo y un plan de acciones de incentivos. El nuevo consejero delegado ganará más dinero. Su indemnización se fijó en 1,5 millones de euros, mientras que el salario fijo anual oscilará entre 400.000 y 520.000 euros.

La nueva retribución de Colonial es uno de los puntos de la junta, pero el más importante es la aprobación para realizar una emisión de bonos por 1.400 millones de euros antes del 13 de febrero
. Ese dinero va destinado a cancelar préstamos y lograr liquidez. La inmobiliaria asegura que es necesario realizar la emisión de bonos, ya que es una de las condiciones que pactaron con sus principales bancos acreedores (Royal Bank, of Scotland, Goldman Sachs, Eurohypo y Calyon) el pasado mes de septiembre.

Esos bonos se convertirán en acciones de Colonial, un proceso que se llevará a cabo en varias fases y distintas fechas. En el caso de que no se realice la emisión, la banca puede exigir a Colonial el pago de esas deudas ante la falta de compensación. Otra de las obligaciones de Colonial es vender Riofisa, aunque pierda dinero por ello.

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