
Aunque en las últimas décadas, las relaciones bilaterales entre España y Marruecos se han intensificado, los principales actores económicos implicados reclaman mayores niveles de colaboración. Es el caso de Houda Benghazi, consejera económica de la Embajada del Reino de Marruecos en España, y una de las mayores expertas de la economía hispano-marroquí.
¿Cuáles son los principales atractivos de las compañías españolas en Marruecos?
Siempre digo que Marruecos está demasiado cerca para ignorarlo. Es el país en desarrollo más próximo a España y a Europa, que está creciendo desde la base. No es una región que camine sola. Con la crisis económica -no la actual, sino la que atravesó el país y que provocó que las empresas se fuesen hacia Estados con mano de obra más barata-, nos dimos cuenta de que Marruecos ya no podía competir con estos países.
Nos percatamos de que nuestra ventaja competitiva más importante es la posición geográfica, pero para poder aprovecharla teníamos que mejorar las infraestructuras. Marruecos ha reforzado todos sus puertos y aeropuertos y se ha conectado norte-sur con autovías. Hay muchas compañías del sector textil que se fueron en su momento y que hoy han vuelto a Marruecos, porque este país les ofrece una circulación rápida de prendas entre Marruecos y España o entre Marruecos y Europa y personal cualificado como nosotros.
¿Cree que las empresas españolas pueden tomar como referencia Marruecos para luego expandirse por otros países del Continente?
Marruecos tiene la ventaja de su posición geográfica, que hace que sea entrada a África y a Europa, y tiene la segunda ventaja de haber firmado acuerdos de libre cambio con medio mundo. Marruecos ha trabajado muy bien sus relaciones diplomáticas con los países africanos. La inversión financiera de Marruecos en África es la segunda después de China y tenemos también una compañía aérea que hace de puente entre Europa y África.
En cuanto a los acuerdos de libre cambio que hemos firmado, uno de los más importantes es el de Estados Unidos. De este modo, Europa sí negocia con EEUU, pero no puede tener el acuerdo que tenemos por la simple razón de que nosotros no competimos mucho con el país americano, lo que ha permitido que casi todos los productos entren sin aranceles.
A raíz de la crisis, ¿se intensificó el número de empresas españolas que se instalaron en Marruecos?
Yo creo que las relaciones entre España y Marruecos han tenido un antes y un después tras la crisis. Antes, había que empujar a las compañías, mientras que posteriormente a la crisis ya no tenían más remedio. Así, España ha pasado a ser el primer proveedor de Marruecos con un gran número de empresas. Esto ha hecho que las entidades que estaban dudando entre ir o no, se animasen con la crisis.
Por su parte, el sector de la construcción no es el que más éxito ha tenido, porque son segmentos que necesitan dinero rápido. No tengo constancia de que las compañías de construcción que han venido al país en épocas de crisis hayan tenido éxito, en cambio, las que lo han hecho como parte de su estrategia de internacionalización sí que lo han tenido.
¿Qué debe valorar un empresario español cuando llega a Marruecos en cuanto a la cultura?
La base del trato es tener una relación ganador-ganador y lo más importante es que, a la hora de elegir a un socio, se escoja al más preparado, mejor profesional y con el que se tenga feeling. No conviene buscar al amigo de, sino a un experto que hable el idioma, que tenga la misma formación y proyección que el empresario y que exista una complementariedad entre lo que cada uno pueda aportar. Por otra parte, también conviene conocer el país y no ir con estereotipos.