Hoy vence el plazo legal de seis meses que tenían Colombia y Gas Natural Fenosa (GNF) para solventar sus diferencias sobre Electricaribe, la filial eléctrica de la multinacional española en el país, que el Gobierno colombiano intervino el pasado mes de noviembre ante el riesgo de sufrir apagones.
GNF activó el 12 de julio el Acuerdo bilateral de protección de inversiones entre España y Colombia, que establece el citado período de seis meses para negociar antes de acudir a la Justicia, ya sea la local o la Corte de arbitraje del Banco Mundial. GNF reclama que no puede cobrar por su trabajo -acumula deudas por 1.260 millones de euros- y el Gobierno sostiene que la empresa no ha invertido lo suficiente para prestar un buen servicio.
Posteriormente, el 15 de noviembre, tras unas negociaciones frustradas, la Superintendencia de Servicios Públicos colombiana intervino temporalmente Electricaribe, ante el riesgo de que su insolvencia provocase apagones.
No se trató de una expropiación, sino de una toma de control con una duración máxima de cuatro meses, pero GNF, ante el cariz que empezó a tomar el asunto -para reducir costes, los nuevos responsables de su filial empezaron a abandonar clientes-, la recurrió por la vía administrativa el 15 de diciembre, pidiendo la devolución de la gestión.
El último paso relevante se ha dado estos días: la Superintendencia ha destituido a la cúpula española de la empresa. Cuando se produjo la intervención apartó al gerente y ahora ha expulsado a otros ejecutivos en posiciones clave y a toda la Junta Directiva, incluidos los miembros suplentes.
GNF, consultada por elEconomista sobre la posibilidad de abrir un arbitraje, no hace declaraciones. Tanto ella como el Gobierno colombiano siguen manteniendo discretos contactos y todo parece apuntar a que esperará a ver qué decide éste cuando concluya el período de la intervención temporal, en marzo, antes de apelar a los jueces; a fin de cuentas, poco importa esperar un par de meses.
Hasta ahora, las autoridades colombianas hablan más de expropiar o liquidar la filial que de devolvérsela a su dueño, lo que daría aún más armas a GNF en un juicio internacional.
