Ciudadanos denuncia la existencia de un posible fraude en la venta de jamón ibérico, uno de los productos estrella de la gastronomía española. De acuerdo con esta formación política, podría haber miles de jamones que se están vendiendo como ibéricos cuando en realidad no lo son.
La nueva reglamentación sectorial obliga a los animales de los que se obtienen productos etiquetados como 100% ibéricos a figurar matriculados en el libro genealógico de la raza con su correspondiente parentesco.
El problema radica en que para todas aquellas piezas que se venden como 50% o 75% ibérico, las hembras que se utilizan para el cruce con machos de la raza norteamericana duroc solo se pide su registro con un certificado racial tras una valoración únicamente visual. Los jamones 100% ibéricos se venden con una brida negra y los de cruce, tanto el de 75% como el de 50%, siempre de bellota, llevan una roja. La blanca queda para el cebo tanto el puro como el cruce.
El diputado Toni Cantó ha formulado mediante escrito parlamentario un total de 23 preguntas al Gobierno, mostrando así su escepticismo sobre la autenticidad de la pureza racial de miles de hembras registradas como "ibéricas puras" en el Libro Genealógico, que gestiona en exclusiva la Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico (Aeceriber). En ese registro oficial no figuran relacionados ni los parentesco ni el pedigrí genético de las hembras.
En una entrevista con elEconomista, Cantó asegura que "estamos hablando de un producto marca España y ahora mismo no existen garantías de que lo que se vende como ibérico lo sea en realidad". Su intención, según dice, es que "el Gobierno nos aclare cómo se están llevando a cabo las certificaciones de la raza". El Protocolo de Actuación de Aeceriber para la calificación de un animal como ibérico establece que cuando una explotación ganadera solicita una certificación, esta organización "designa un técnico calificador que realiza una visita, previamente concertada" para examinar los ejemplares.
El problema aparece entonces porque, según se dice, "el técnico, tras corroborar visualmente el cumplimiento de los estándares determinados en el prototipo racial, extenderá una acta de calificación del animal revisado".
Análisis de ADN
Únicamente en el caso de que hubiera discrepancias entre el técnico calificador y el ganadero "podrán tomarse muestras de sangre por triplicado (una para Aceriber, otra para el ganadero y una tercera dirimente) para su envío a un laboratorio, con objeto de realizar un análisis de pureza racial del ADN mediante técnicas de genética molecular".
Tras cumplir este sencillo trámite, el animal está en condiciones de ser inscrito como cien por cien ibérico en el Libro Genealógico. Para Ciudadanos esto choca con la legislación. La Directiva europea define como porcino de raza pura "todo animal de la especie cuyos padres y abuelos estén inscritos o registrados en un libro genealógico de la misma raza y que esté él mismo o bien inscrito o bien registrado".
Pureza racial
Aceriber, constituida como entidad sin ánimo de lucro, que está integrada por más de 1.200 ganaderos y otros 2.000 criadores, administra en exclusiva el libro de la raza pura ibérica. En sus estatutos se apunta con claridad que su finalidad es garantizar "la pureza racial de los reproductores inscritos en el Libro Genealógico y su descendencia".
En 2015 se sacrificaron en España 2,34 millones de animales que eran 50% ibérico; 161.392 de 75 por ciento y únicamente 279.925 de cien por cien ibérico, según datos del Ministerio de Agricultura. Cantó denuncia que la cabaña española está compuesta así mayoritariamente con animales híbridos, nacidos de cruces reproductivos entre sementales de raza foránea duroc y "supuestas hembras ibéricas, lo que contribuye a la degeneración de la raza autóctona".
"¿Cómo es posible descartar la ausencia de genes marcadores de otras razas distintas a la ibéricas en las explotaciones ganaderas si prácticamente la totalidad del colectivo de las hembras reproductoras, para ser inscritas en el Libro Genealógico, únicamente son sometidas a moderadas y estandarizadas pruebas de reconocimiento visual, excluyendo estudios genéticos que garanticen su pureza racial?", se pregunta el diputado de Ciudadanos.
Y todo ello, sin olvidar tampoco que, con anterioridad al año 2014, cuando entró en vigor la norma, estas hembras no disponían del acredidativo título racial ibérico. "¿Puede garantizar el Gobierno que este grupo de hembras ibéricas (...) no ha sido utilizado anteriormente en cruces reproductivos con machos de raza duroc o han sido sacrificadas y manejadas para producir elaborados cárnicos curados, madurados y etiquetados como productos de la raza ibérica?", insiste en el escrito presentado en el Congreso el pasado 27 de octubre, a la espera de respuesta del Gobierno.
La presidenta de Aeceriber ha reconocido ya públicamente que "se habían inscrito más de 20.000 hembras en 2013 y unas 80.000 en 2014" en el libro sin genealogía conocida ni análisis genético del ADN. Todas ellas mediante sobrios reconocimientos visuales.