Tarragona no celebrará los Juegos del Mediterráneo en 2017. La falta de recursos económicos y el retraso en las obras ha provocado que este acontecimiento deportivo se acabe retasando un año hasta el verano de 2018.
Así lo dio a conocer ayer el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, quien aseguró que "hay un compromiso firme con los Juegos del Mediterráneo", pese al retraso de un año.
Ballesteros no sólo reafirmó que Tarragona "cumplirá" con la cita, sino que señaló al retraso en la formación de un Gobierno en Madrid como el culpable. En este sentido, el Ejecutivo del Estado tendría que haber aprobado una inversión de 10 millones de los 30 millones previstos en un inicio para que las infraestructuras pudiesen estar listas en 2017, una partida que, al no estar aprobada, tampoco ha sido desembolsada.
Los Juegos, que tendrían que haberse celebrado durante el verano de 2017, acabarán disputándose finalmente del 22 de junio al 1 de julio de 2018, unas fechas que coincidirán con la primera parte del Mundial de Fútbol de Rusia. Tanto el Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos (CIJM), como el Gobierno de Rajoy, han apoyado la decisión de la organización de retrasar el certamen.
Apoyo institucional
El Ministerio de Cultura y Deporte indicó en un comunicado "el compromiso indudable" del Ejecutivo tras abandonar el "bloqueo institucional" que ha propiciado en parte el retraso del proyecto.
Ahora se abre un nuevo periodo de tiempo para captar inversiones, lo que conllevará renovar los pactos alcanzados con los diferentes patrocinadores, además de tener que actualizar las nóminas de los trabajadores de los 16 municipios que albergan el acto.
A los Juegos del Mediterráneo acudirán 4.000 deportistas provenientes de 26 naciones, con 3.500 voluntarios y más de 150.000 espectadores.