
"No me he llevado el dinero de Unioliva; no tengo casi ni para comer y sobrevivo con la ayuda de mis hijos". El presidente de la segunda cooperativa de aceite de España, José Consuegra Melgarejo, fue destituido el pasado mes de agosto, según comunicó entonces la empresa, "debido a determinadas actitudes contrarias al proceso del consejo rector". El problema es que a partir de ese momento los rumores se dispararon y los socios de la cooperativa empezaron a reclamar su dinero.
Unioliva, que había estado dando durante años créditos muy baratos mientras ofrecía intereses del 4,75% por los depósitos de sus inversores, se quedó entonces sin liquidez suficiente, viéndose obligada a imponer un corralito. Con más de 2.000 inversores atrapados, que estudian en algunos casos ya acciones judiciales, Consuegra intenta defender su gestión. "Hay dinero suficiente para atender los pagos. No ha habido ningún tipo de desvío de fondos ni he cometido ninguna ilegalidad", asegura por teléfono a elEconomista.
Tiburones de los negocios
El expresidente de la cooperativa, la segunda más importante de las que forman Dcoop, de la que además era vicepresidente, insiste en que "en su momento todo se aclarará" y, aunque declina dar más detalles, apunta que "todo obedece a los intereses de tiburones de los negocios que quieren quedarse con la fábrica y las instalaciones de la cooperativa".
Entre los socios, hay quien le acusa de haber colocado a familiares dentro de la empresa y de haber llevado acometido inversiones desproporcinadas tras 30 años al frente de Unioliva. Pero Consuegra se justifica.
"Yo no he gestionado solo Unioliva. Si en el consejo rector hubiera habido alguna disconformidad con mi gestión o con las inversiones que se realizaban, nunca se puso de manifiesto, tal y como demuestran las actas de los consejos firmadas por todos", dice.
El directivo reconoce que su hijo está trabajando en la cooperativa, pero insiste en que "lo hace como un profesional más y su sueldo, además, apenas supera los 1.000 euros al mes". Fuentes próximas a la cooperativa aseguran que el agujero en la sección de crédito podría situarse alrededor de 31 millones de euros, aunque distintos socios consultados por este periódico señalan que es mucho mayor. "Puede llegar a superar los 40 millones", dicen.
La cooperativa celebró el pasado martes una asamblea para informar a los socios sobre su situación financiera, aunque sin llegar a ningún tipo de acuerdo. El consejo rector, que impidió el acceso a la prensa, y ha declinado hacer declaraciones ante las llamadas de este periódico, trata de buscar soluciones urgencia porque se enfrenta además a un problema añadido.
Muchos agricultores están planteándose llevar la aceituna a otras cooperativas ante los problemas de liquidez. "Está habiendo problemas de pago a proveedores y sería muy arriesgado llevarles ahora la aceituna y no cobrarla", dice un socio. El problema es que eso agrava su situación.