
CaixaBank ha lanzado un plan para reestructurar por completo los costes operativos y poder mejorar la eficiencia en los próximos dos años. El proyecto, que internamente se denomina Optimiza, fue presentado ayer por la cúpula a un grupo de directivos, según ha podido saber este periódico en fuentes conocedoras.
Para llevar a cabo todo este proceso e implementar las medidas necesarias, el grupo catalán ha contratado a dos asesores externos. La intención es aplicar tecnología en buena parte de los procesos, como el back office, y remodelar los procedimientos que no sean eficientes o que no aporten un valor añadido.
CaixaBank importará modelos que se ejecutan en otros sectores económicos y que pueden ser adaptados a la estructura de una entidad financiera. La revisión también supondrá la puesta en marcha de una simplificación operativa, que conllevará la eliminación de la duplicidad en las tareas y la externalización o internalización de servicios, entre otros asuntos.
Ahorro de 100 millones
La entidad no ha prefijado unos objetivos de reducción de costes y mejora de eficiencia. Sin embargo, fuentes sindicales -que ya han sido informadas del plan- estiman un recorte de los gastos superiores a los 100 millones de euros.
CaixaBank destinó el año pasado 996 millones de euros a sufragar los gastos generales, es decir, más de una cuarta parte de los administrativos, incluyendo los de personal. La partida de sueldos a la plantilla en 2015 se llevó 2.705 millones de euros, sin contar los extraordinarios para sufragar las prejubilaciones y bajas incentivadas.
El ratio de eficiencia de CaixaBank se situó el ejercicio anterior en el 59,6%, aunque en términos recurrentes -sin incluir extraordinarios-, la cifra mejoró hasta el 52,5%.
El objetivo de la entidad es culminar 2018 con una eficiencia inferior al 45%, es decir, que por cada 100 euros de ingresos se consuman 45 euros. El plan estratégico a tres años fija que la rentabilidad sobre recursos propios tangibles (ROTE) se multiplique por cuatro, hasta la horquilla de entre el 12 y el 14%. En el primer semestre de 2016, la eficiencia ordinaria de CaixaBank se situó en el 54,2%, mientras que el ROTE se limitó al 4,3%.
Objetivos 2018
El grupo tiene previsto iniciar ahora la revisión de los objetivos principales del plan estratégico, aprovechando el ecuador del mismo y las circunstancias financieras y políticas. Éstas han cambiado sustancialmente con respecto al momento de su diseño. Los tipos de interés se encuentran en terreno negativo desde febrero y no hay atisbos de que vayan a volver porcentajes positivos hasta, al menos, finales de 2018.
En esta coyuntura, y con la incertidumbre del Brexit como telón de fondo, es previsible que CaixaBank reduzca a la baja las estimaciones realizadas en su proyecto a tres años. Ya lo ha hecho el Santander, recientemente, y el Sabadell.
El propósito del grupo catalán, según este plan a 2018, es reducir en 600 el volumen de sucursales, para dejar el número en unas 4.500. Este año llevará a cabo un ajuste de la red comercial del en torno de 300 para culminar el año con unas 5.000 oficinas.