Hasta hace pocos años eran citados siempre como modelos perdedores, economías al borde del colapso. Hoy, en cambio, Brasil, México, Chile y Argentina destacan por su vigorosa tasa de crecimiento y por su sustancial estabilidad macroeconómica. Y sus multilatinas, las multinacionales made en Suramérica, encadenan los éxitos.
De las multilatinas se viene hablando desde hace ya algunos años, pero lo que sorprende ahora es el aumento progresivo de su número y de su facturación. Todos los años, las clasificaciones de Fortune y de Forbes incluyen un número cada vez mayor de gigantes suramericanos. Empresas mexicanas, brasileñas, pero también argentinas y chilenas, que se transformaron de operadores de mercados nacionales y regionales en transnacionales, con presencia directa en decenas de países.
Como muestra, el botón de Cemex, el coloso mexicano del sector cementero. En 1997, facturaba 1.000 millones de dólares (723 millones de euros), hoy, 24.000 millones (17.353 millones de euros). ¿Más ejemplos? La empresa minera brasileña Vale do Rio Doce es la segunda a nivel mundial, tras la Bhp Billiton. O la mexicana America Movil, quinto operador mundial de telefonía móvil y líder en Suramérica, que ha superado a la todopoderosa Telefónica, con gran presencia continental. Más aun, Petrobras es la octava empresa en capitalización bursátil y otro gigante brasileño, Gerdau, es el mayor grupo del continente (EEUU incluido) en el sector del acero.
Gerdau es una de las sorpresas más interesantes. A menudo ensombrecida por Petrobras y por Vale do Rio Doce -emplea a 45.000 personas- está presente en 14 países con 30 fábricas, factura más en EEUU (46 por ciento) que en Brasil (41 por ciento) y está presente en España y la India. Amén de cotizar en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York, Toronto y Madrid.
Otro dato sorprendente y con un profundo significado simbólico lo representa la mexicana Femsa, que es la líder en el sector de las bebidas en Latinoamérica, superando ya a Coca Cola, con ventas tan sólo por debajo de las de Heineken.
Los factores del 'boom'
¿Cuáles son las razones de esta explosión? Entre las explicaciones más convincentes figura la de Javier Santiso, director de la OCSCE: "Las multilatinas supieron aprovecharse de una demanda creciente de materias primas y de una coyuntura internacional favorable". Pero quizás el aspecto más relevante del fenómeno haya sido la puesta en marcha de las liberalizaciones económicas, sobre todo en México, Brasil y Chile".
Otro economista que estudió a fondo el tema es Álvaro Cuervo, profesor de la Universidad de Carolina del Sur: "La liberalización económica tuvo un papel importante, pero no único. También han intervenido, y mucho, la disciplina fiscal, la reorganización del gasto público, la reforma fiscal, la pri- vatización y la desregulación. Además, intervienen la estrategia de política económica de estos países, que abrieron las puertas a los extranjeros, obligando a las empresas locales a reforzarse en casa, para poder después competir en el exterior".
Otro estudio, esta vez conjunto y realizado por el Deutsche Bank, Insead y la Universidad de Georgetown, asegura que el boom se consiguió fundamentalmente en dos momentos. El primero fue el del aumento de las ventas en el extranjero. Y el segundo, el de la inversión en el exterior.
Al éxito no sólo contribuyeron las liberalizaciones y las políticas económicas y comerciales. Otro factor clave fue el de la estabilidad de las políticas macrofinancieras. Las economías regionales crecieron mucho a partir del año 2000. De ahí que creciese también la demanda interna de gigantes como Brasil y México, que cuentan con 190 millones y 105 millones de habitantes, respectivamente. Muchos de ellos salieron de la pobreza y entraron en la categoría de "consumidores".
Algunos analistas suramericanos, hartos de la cantinela que imputaba el crecimiento de los emergentes al boom de la demanda de materias primas procedentes de la India y de China, acuñaron otro eslogan: "Materia prima más materia gris" para subrayar con él la capacidad de México y de Brasil para introducirse en sectores productivos donde otros competidores internacionales mostraban debilidad.
Caso por caso
México, por ejemplo, se aprovechó del aumento del bienestar de los hispanos en el Sur de Estados Unidos y supo hacerse con cuotas importantes de mercado en el sector de la construcción, de la energía y de la manufacturación.
Brasil, por su parte, mejoró la capacidad productiva y tecnológica en el sector energético y petroquímico, transformando Petrobras en un coloso mundial con notable profesionalidad interna y cada vez más autosuficiente. Una empresa preparada, por lo tanto, para los retos de los próximos años. Por ejemplo, para la extracción en aguas profundas de enormes yacimientos descubiertos los pasados meses en las costas de Sao Paulo.
También resulta muy interesante la conexión Sur-Sur, entre Latinoamérica y Asia, que, según algunos economistas, podría representar realmente el enorme cambio geoeconómico de los próximos años. La tendencia al crecimiento de las multilatinas y de sus homólogas asiáticas refuerza la tesis del equilibrio de las fuerzas económicas mundiales en este contexto de crisis mundial.