
"Hay que hacer que las cosas ocurran, no esperar a que ocurran". Esta es la filosofía que guió a un joven estudiante de Ingeniería para convertir un proyecto casi universitario en una empresa referente de la alta tecnología en sectores estratégicos como la aeronáutica, el militar o la alimentación. Una historia que quizás evoca recuerdos de Mark Zuckerberg, pero que protagoniza el valenciano Emilio Mateu y su compañía TCIcutting.
Todo comenzó cuando, mientras finalizaba sus estudios en la Universidad Politécnica de Valencia sobre Ingeniería en automática y electrónica industrial, Mateu desarrolló con una empresa cerámica de Castellón una máquina de corte por chorro de agua adaptada a este sector. Viendo su éxito y las posibilidades que esta tecnología podría ofrecer, el joven emprendedor decidió formar su propia empresa.
Nacía así en 2001 y en Guadassuar - una localidad a unos 30 kilómetros de Valencia- TCIcutting, una empresa dirigida por Emilio Mateu y que en 15 años ha pasado de un equipo de cinco personas a otro de 150 que trabaja en unas instalaciones de más de 10.000 m² con distribuidores presentes en 13 países y tres filiales propias en Alemania, Francia y Polonia.
Un crecimiento que refleja fielmente la filosofía y leitmotiv de la empresa: la apuesta por la internacionalización y por convertir a España en la fábrica de Europa. "España está perdiendo la oportunidad de convertirse en la 'fábrica de Europa', y es una lástima porque tiene mucho potencial: situación, comunicaciones, profesionales, recursos y también el clima, es decir las variables perfectas para que esto ocurra", asegura Emilio Mateu a elEconomista.es.
Y para ello TCIcutting apuesta por la innovación y por el dominio de las tecnologías de vanguardia. Pero, ¿cuál es su negocio? Las waterjet, la maquinaria insignia de la empresa, son una tecnología de corte por chorro de agua, es decir, un sistema que es capaz de cortar a la perfección y sin errores materiales como el acero, el titanio, la fibra de carbono o la de aluminio. Y todo debido a que estas waterjet proyectan el agua a una velocidad tres veces superior a la del sonido gracias a la conversión de energía potencial a una presión superior a los seis mil bares en energía cinética. Además, utilizan cabezales de corte en 3D, el único sistema patentado en el mundo que permite un giro infinito y mantiene el punto focal.
En el año 2008 se lanzó además a desarrollar también maquinaria de corte por láser, más adecuada para cortar chapas de bajo y medio espesor, convirtiéndose así en la primera empresa española en diseñar y construir ambas tecnologías. Y su apuesta más reciente es una máquina de láser fibra smart, un modelo que aumenta significativamente la velocidad de corte con mayor eficiencia energética y con un mantenimiento de costes más bajo.
Subamarinos, Airbus o carros de combate
Por todo ello, sus máquinas fueron las elegidas para confeccionar las piezas de aviones de Airbus o los buques de Navantia, los submarinos que la compañía francesa DCNS construye en Normandía o los 589 carros de combate AJAX que el Ministerio de Defensa británico ha encargado a General Dynamic por un valor de 3.500 millones de libras, unos 4.800 millones de euros.
No obstante, y a pesar de que de los sectores aeronáutico y militar procede el 40% de su facturación, sus máquinas se emplean en un gran abanico de sectores que van desde el de las infraestructuras o ferroviario hasta el de la automoción, el cerámico o la construcción sin olvidar ámbitos más domésticos como el de los electrodomésticos, la alimentación, la decoración o el infantil, con el corte de pañales para bebés y la juguetearía.
Arcelor Mittal GE, Saloni, Yudigar, SAFRAN, TAI, Bosch, ISS o la italiana Sidel, fabricante de embotelladoras para Coca-Cola, son solo algunos de sus clientes.
Clientes que mantiene gracias a otro eje básico de su modelo de negocio: la calidad y adaptación a las necesidades del cliente. Su saber hacer no se basa únicamente en la venta de sus máquinas de corte por agua presión, sino en la prestación de un servicio integral. "Es primordial saber escuchar a los clientes y adaptarse diariamente a ellos, con su experiencia fijan el camino de la innovación. Debido a la enorme complejidad del momento actual, no sobrevivirán la empresas más fuertes, sino las que sepan adaptarse a los requerimientos del mercado", asegura Mateu.
Por ello, TCIcutting ofrece un servicio postventa basado en la atención al cliente en todo el mundo a través de sistemas telefónico, telemático o presencial mediante el cual ofrecen formación y soluciones. Unas respuestas que en ocasiones pasar por el desarrollo de ingeniería y tecnología propia para ofrecer flexibilidad al cliente, por crear su propio Software para minimizar costes y maximizar la producción.
Y el reconocimiento a esta labor llegó en 2010 con la concesión del primer Premio Jaime I al Emprendedor, galardones creados en 1989 con el objetivo de aunar, en estudios e investigación, entidades científicas y empresariales para la promoción de la investigación y el desarrollo científico en España. "Además de un enorme orgullo, el premio fue un plus de motivación para todo el equipo que forma el principal activo de la empresa, el equipo humano".
Y es que a pesar de su éxito actual, la compañía de Mateu destina al I+D un 10% de su cifra de ventas y colabora de manera permanente con institutos y centros tecnológicos universitarios con el objetivo de seguir innovando y mejorando pues entre los planes de futuro está el de seguir creciendo y, como señala el director de la compañía, "hay que apostar por la internalización, lo que antes era España ahora es Europa, libre circulación, misma moneda y las mismas leyes, el mundo se ha hecho pequeño".