
La salida de Luis Portillo, ex presidente de Colonial, del capital de la inmobiliaria, BBVA y Eiffage entre enero y abril de este año ha agravado al máximo la salud financiera del empresario sevillano. El promotor se vio obligado a provisionar más de 120 millones de euros en las cuentas de sus empresas Grupo Portival e Inversiones Portival correspondiente al ejercicio 2007, pero que recogen el impacto del acuerdo que alcanzó con los bancos el pasado mes de mayo para saldar sus deudas.
Esas provisiones han disparado los fondos propios negativos hasta 75 millones de euros en el Grupo Portival, que registró unas pérdidas de 120 millones. Al igual que en Inversiones Portival, cuyos fondos negativos ascienden a 48 millones y los números rojos a 37,5 millones de euros, según consta en las cuentas de ambas sociedades depositadas en el Registro Mercantil de Sevilla.
En concreto, Inversiones Portival era la propietaria de títulos de Eiffage y BBVA (BBVA.MC), que representaban un 2 y un 1% del capital de sendas empresas, aproximadamente. Para financiar la adquisición de esas acciones, Luis Portillo pidió préstamos a BBVA, Caixa Galicia, Caixanova y Credit Suisse. El empresario avaló esos créditos con las propias acciones del banco y de la constructora gala. Cuando su situación financiera empezó a tambalearse a finales del año pasado, Portillo se vio obligado a vender esos títulos entre el 11 de enero y 9 de abril de este año para cumplir con los compromisos adquiridos con los bancos.
Como consecuencia de esas operaciones, la compañía del promotor se vio obligada a provisionar 120,6 millones de euros, al ser menor el valor contable de esas acciones respecto al valor fijado en los acuerdos formalizados con cada una de las entidades financieras.
Lo mismo ocurre en Grupo Portival. Esta sociedad era propietaria del 12 por ciento de Colonial. Las entidades financieras se quedaron con esas acciones al incumplir Portillo las condiciones del préstamo. Es decir, el empresario canceló la deuda por los títulos de Colonial. Al ser inferior el valor contable de las acciones respecto al valor fijado con los bancos, el Grupo Portival tuvo que provisionar 6,9 millones de euros. Es decir, ni con los títulos de Colonial el empresario sevillano saldó sus deudas con los bancos y cajas acreedores.
Con la ejecución o venta de acciones en sus participadas el empresario sevillano ha cancelado la mayoría de sus compromisos financieros, pero no todos. A Inversiones Portival le queda pendiente un crédito de 4 millones de euros concedido por Bankinter, cuyo aval son dos fondos de inversión. A este importe hay que añadirle otras deudas pendientes de las dos empresas de Portillo con acreedores comerciales, que podrían engullirse los ingresos que podrían lograr a lo largo de este año.
Lo que dice el auditor
El informe del auditor de Inversiones Portival señala que la compañía cuenta con los activos líquidos para hacer frente a sus obligaciones con las entidades financieras que tiene suscritos préstamos. Lo que ocurre es que el auditor ve varias incertidumbres en las cuentas de la sociedad originadas por el cobro de determinados créditos que se han concedido a otras empresas de Portillo y préstamos participativos (se cancela la deuda por acciones) de otras sociedades del empresario sevillano. Es decir, el promotor tiene en sus manos el poder salvar o no su propio patrimonio.
La salud financiera personal de Portillo empezó a tambalear a finales de 2007, lo que provocó el propio descalabro de Colonial, la primera inmobiliaria española, que el mismo empezó a construir un año antes.
La caída de las acciones de la inmobiliaria a lo largo del año pasado hicieron saltar las cláusulas de los préstamos de Portillo. Los bancos acreedores exigieron al empresario más garantías, como no podía aportarlas, las entidades se quedaron con los títulos. En conclusión, un derrumbe personal conllevó un caída empresarial.