
Encontrar una vivienda en los mejores barrios de Madrid y Barcelona puede convertirse en una tarea muy complicada para cualquier persona. Pero más aún cuando el que busca es un directivo de otro país que acaba de llegar a la ciudad, no conoce el mercado y actúa contrarreloj.
Sin embargo, la odisea de buscar un hogar en un país desconocido puede evitarse gracias a las empresas de relocation (recolocación) que se encargan precisamente de encontrar la casa perfecta para cada cliente y no solo eso, también se ocupan de encontrar un colegio para sus hijos, enseñarle la cultura, las costumbres, la gastronomía o los espacios de ocio que hay en la que será su nueva ciudad.
Este negocio, que nutre al mercado de alquiler de lujo, ya existía antes de la crisis, sin embargo, la globalización y la necesidad de crecer en otros mercados ha potenciado el movimiento empresarial entre países en los últimos años y su negocio ya mueve unos 80 millones de euros anuales.
Concretamente, el número de directivos que se marcha fuera de España se ha incrementado en un 30% en los últimos años, explica José Antonio de Ros, director general de Eres Relocation Services. Esta es una de las compañías que se encargan de facilitar la adaptación de un directivo -también de un particular- a su nuevo destino y aseguran que en tan solo dos días son capaces de dar con la vivienda adecuada. "El mercado se mueve muy deprisa y las buenas oportunidades se van volando", explica De Ros.
El día a día en la ciudad
Muchas veces las empresas contratan sus servicios para que le muestren al directivo cómo es el día a día en una ciudad. Su trabajo es decisivo, ya que en algunos casos el empleado se basará en esta experiencia para aceptar el puesto o rechazarlo. "Le acompañamos en varios trayectos de metro y autobús hasta sus oficinas, les enseñamos un tipo de vivienda clásica de cada barrio, les indicamos dónde están los supermercado y les llevamos a comer y a cenar", indica el experto.
Cuando un empleado acepta el puesto se ponen manos a la obra para elegir la vivienda. "Basándonos en sus necesidades seleccionamos entre 10 y 15 casas y organizamos un plan de visitas. Siempre hay alguna que les gusta". Sin embargo, en algunas ocasiones las exigencias del cliente complican la búsqueda.
"El caso más complicado que hemos tenido fue el de una alta ejecutiva que venía de Singapur y quería que la orientación de cada una de las estancias cumpliera las directrices del feng shui". "Fue difícil, pero tras ver muchísimas viviendas finalmente lo logramos", explica De Ros.
Recorte de presupuestos
Aunque el volumen de operaciones ha ido creciendo, lo cierto es que las empresas han recortado el presupuesto dedicado a la expatriación de sus empleados a nivel global y eso afecta irremediablemente al que se destina a la vivienda.
Sin ir más lejos, el gasto destinado a esta partida ha descendido entre un 20 y un 25% durante la crisis, de acorde al ajuste que se produjo también en el propio mercado de alquiler, si bien, "se está registrando un incremento de los precios desde hace seis meses", asegura el experto, que no cree que en el corto plazo toquen techo.
El alquiler mínimo en el que se mueven sus clientes se sitúa entre los 900 y 1.200 euros. Pero estas cifras varían mucho dependiendo del rango y la empresa. En Madrid, los directivos de muy alto nivel y que trabajan en importantes multinacionales, destinan entre 8.000 y 12.000 euros mensuales al alquiler de una vivienda. Sin embargo, en Barcelona, donde los precios están algo por debajo, los mismos ejecutivos encuentran vivienda a partir de los 5.000 euros mensuales. En el caso de altos directivos y mandos intermedios, el alquiler rondaría los 2.000 y 3.000 euros en ambas ciudades.
Eres Relocation trabaja con empresas de todo el mundo y asegura que las peticiones cambian mucho dependiendo de la nacionalidad, sin embargo hay algo que todos tienen en común "Si van a instalarse en un país nuevo con toda su familia lo que priorizan es la localización del colegio, que por lo general tiene que ser internacional, luego se busca un barrio cercano y por lo general una casa con jardín", explica De Ros.
En Barcelona suelen instalarse en la zona alta, por Pedralbes, mientras que en Madrid escogen Somosaguas y La Moraleja. Si el directivo viene solo los criterios cambian por completo y en este caso se decantan generalmente por zonas céntricas, siempre que haya buenas comunicaciones con su lugar de trabajo. "Salamanca es el barrio que más les gusta, seguido de Chamberí y también de la zona Centro".
Respecto al efecto del Brexit en la expatriación de directivos, De Ros asegura que la reacción inmediata de los ingleses en España fue pedir condiciones para solicitar la nacionalidad española. El experto asegura que el Brexit no ha paralizado procesos de expatriación, y de hecho, "llegan rumores de que algunas empresas con sede en RU quieren cambiar su localización a Madrid".