
El presidente colombiano, José Manuel Santos, pidió el viernes a los beligerantes gobernadores de las regiones en que opera Electricaribe, subsidiaria de Gas Natural Fenosa (GNF) en el país, que hicieran "una pausa" en sus presiones y reclamaciones, y que sean pacientes con vistas al proceso de negociación de seis meses logrado por GNF al activar el Acuerdo bilateral entre España y Colombia para la mutua protección de las inversiones.
Después de anunciar que los gobernadores se verían a puerta cerrada con el ministro de Minas y Energía para tratar la situación de Electrificadora del Caribe (Electricaribe), amenazada de intervención por la mala calidad de su servicio, el encuentro no tuvo lugar.
La reunión se iba a haber celebrado durante un congreso de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), en el que estuvo presente el presidente colombiano y no se descartaba la posibilidad de que éste también participara.
Finalmente, aunque la reunión formalmente no aconteció, fue imposible eludir el asunto, y el gobernador del departamento de Atlántico, Eduardo Verano, declaró ante los periodistas que Santos les pidió "paciencia"; según él, "nos pidió que tuviéramos tranquilidad, que hiciéramos pausa un momentico, que hay que analizar bien el momento".
El gobernador añadió que "estamos en un momento totalmente jurídico, en el cual hay que dejar que los abogados hagan sus análisis y estudios, de toma de decisiones".
E insistió en que "lo que debemos hacer ahora es tener inteligencia colectiva y madurez para llevar el proceso de una manera sensata".
El Gobierno lleva tiempo negociando directamente con GNF, pero la activación del Acuerdo de protección de inversiones ha formalizado las conversaciones. Y si en seis meses no hay pacto, terminarán ante un tribunal internacional.
En Colombia los ánimos están muy caldeados con Electricaribe, a la que se acusa de no invertir en la infraestructura eléctrica, lo que provoca mala calidad del servicio y numerosos apagones.
Los políticos locales -que no le pagan todas sus facturas- azuzan el malestar, mientras eluden sus responsabilidades; el mismo viernes convocaron en Barranquilla una manifestación contra la empresa, a la que sólo asistieron de 300 a 500 personas, pero que contó con gran cobertura mediática.
GNF, por su parte, responde que la regulación no le aporta ingresos suficientes para invertir y que los impagos y el robo de electricidad con enganches ilegales tienen su filial económicamente asfixiada.