
El consejero delegado de Schneider Electric, Jean-Pascal Tricoire, conoce la importancia de sacar partido de las dificultades para hacer crecer su negocio. Ahora, analiza los retos que enfrenta su compañía en el corto y en el largo plazo en los diferentes mercados en los que prestan sus servicios.
¿En qué escenario han evolucionado las empresas durante el primer semestre?
El primer semestre ha continuado marcado por importantes incertidumbres, pero se ha producido un inicio de estabilización en elementos de ruptura que tuvieron un impacto en los trimestres anteriores. En China, por ejemplo, nuestras ventas en el mercado de la construcción vuelven a ser positivas. Nos beneficiaremos asimismo del último plan gubernamental que apuesta por una economía más verde, más digital, ciudades más eficientes en el plano energético y del consumo de agua, y la modernización de las fábricas. China ha iniciado una verdadera transición económica y social. Ha cambiado de prioridades y Schneider está bien posicionado para apoyar y catalizar este viraje. En el mercado de petróleo y del gas, los precios parecen también estabilizarse en China, y los países productores se han ajustado para hacer frente a este nuevo contexto. Rusia, por ejemplo, empieza a ir mejor.
En este contexto, ¿cómo deben adaptar su estrategia?
En Schneider utilizamos este periodo menos prometedor para invertir en nuestra eficiencia. En dieciocho meses, hemos conseguido reducir los costes en más de 900 millones de euros. Nos mantenemos en forma para estar preparados y aprovechar todas las oportunidades que surjan cuando un país o un sector se recupere. Nuestra estrategia se mantiene: deseamos desarrollar más los productos apoyándonos en nuestros socios, ser selectivos y más eficaces en la ejecución de proyectos y continuar promoviendo los servicios en nuestros productos. Al mismo tiempo, continuamos impulsando una presencia realmente mundial y equilibrada. Por otra parte, nuestro volumen de negocios se reparte perfectamente y es igual en el primer semestre en la Zona Asia-Pacífico, en América del Norte y en Europa... Y cada zona contribuye a su propia rentabilidad.
¿Las oscilaciones monetarias no les han afectado demasiado?
Desde 2008 evolucionamos en un contexto de fuerte volatilidad. Los tipos de cambio son variables e incluso la libra británica, a causa del Brexit, se ha unido al club de las divisas inciertas. Es preciso vivir con ello y adaptarse. Recurrimos poco a las operaciones de cobertura de tipo de cambio, salvo en proyectos puntuales. En nuestro caso, la clave es producir in situ para estar cerca de sus clientes y protegerse al mismo tiempo de las oscilaciones monetarias.
¿Cuál es su percepción de la economía francesa?
Schneider avanza en Francia pero se debe a que ganamos cuotas de mercado. A pesar de una coyuntura económica bastante plana, conseguimos crecer en los mercados inmobiliario, industrial e informático en particular. No existe un catalizador de cambio en nuestro país, que representa el 6% de nuestro volumen de negocios.
En el plano europeo, en cambio, avanzamos no obstante un 3% en el segundo trimestre [2 % en el semestre]. Es nuestro tercer crecimiento trimestral sucesivo. En algunos países el crecimiento se acerca incluso a los dos dígitos. Cabe señalar que existen tres factores positivos pueden apuntalar a Europa. El euro está bajo y esto ayuda a nuestros clientes exportadores. Los tipos de interés están bajos. Y, por último, los precios de la energía son bajos, lo que procura músculo a las empresas y poder adquisitivo a las familias.