Empresas y finanzas

El Brexit pone en peligro el boom de las infraestructuras en Reino Unido

La incertidumbre se cierne sobre las infraestructuras británicas. La propia primera ministra británica, Theresa May, ha suscitado las dudas sobre proyectos de cientos de miles de millones de libras esterlinas al posponer la apertura de la primera planta nuclear nueva en Reino Unido en una generación mientras el país se prepara para un futuro fuera de la Unión Europea. La propiedad de vivienda en el país cae a su nivel más bajo desde 1986.

Entre los planes de construcción de transporte y energía que quedaron en suspenso por la decisión británica de abandonar la UE hay una línea de tren de alta velocidad entre Londres y el norte de Inglaterra, una expansión de la capacidad aeroportuaria, mejoras en el tránsito urbano y la central nuclear de Hinkley Point.

Los proyectos apuntan a reforzar la chirriante infraestructura de Reino Unido, que según los economistas frena el avance de la productividad.

Los líderes empresariales, preocupados por los efectos económicos del Brexit y el desgaste de las carreteras, vías férreas y recursos de generación de energía del país, reaccionaron con preocupación cuando el Gobierno aseguró que pospondría la planta nuclear de 18.000 millones de libras (21.293,2 millones de euros) hasta otoño.

"Sabemos que una de las mejores formas de estimular la economía son los proyectos de infraestructura", indicó Paul Drechsler, presidente de la Confederación de la Industria Británica (CBI, por sus siglas en inglés). "Si la vida después del Brexit es más complicada, entonces la mejor forma de mitigar los riesgos de caída son las inversiones en infraestructura".

'Estrategia adecuada'

En un discurso pronunciado dos días antes de convertirse en primera ministra, May llamó a adoptar una "estrategia industrial adecuada" y sugirió que el Tesoro británico debería emitir bonos de proyectos para financiar la infraestructura.

En este escenario aparece un problema: el gasto en obras públicas podría cargar las forzadas finanzas públicas en un momento en el que las agencias de calificación crediticia han rebajado la nota del crédito británico.

La capacidad del Reino Unido para gastar 405.000 millones de libras en proyectos en cartera antes del triunfo del Brexit depende de cuánto sufra la economía, señaló Tony Travers, profesor de London School of Economics.

Antes que se pospusiera Hinkley Point, el Gobierno del ex primer ministro David Cameron postergó para otoño la expansión de los aeropuertos Heathrow o Gatwick, que podría costar hasta 18.600 millones de libras.

Grupos empresariales y las aerolíneas han asegurado que se necesita una nueva pista de aterrizaje en uno de los aeropuertos para mantener la competitividad del país, pero grupos ecologistas y otros se oponen.

Crossrail

Otro gran proyecto que enfrenta un futuro incierto es la línea de tren High Speed 2, de 56.000 millones de libras, que conectaría Londres a Manchester y otras ciudades en el norte de Inglaterra, y la línea de tránsito norte-sur en Londres Crossrail 2, de más de 27.000 millones, que complementaría la línea Crossrail este-oeste, la cual ya está casi terminada.

La CBI indica que cada libra invertida en infraestructura genera tres en actividad económica. La postergación de la decisión sobre la capacidad de las pistas de aterrizaje en Heathrow o Gatwick por parte del Gobierno anterior transmitió una señal negativa a los socios comerciales del Reino Unido, señaló Drechsler, y parte de los beneficios económicos que habría traído una expansión veloz ahora podría ir a Francia o a Alemania.

"Si bien siempre hubo argumentos a favor de la inversión en infraestructura, ahora son todavía más convincentes", señaló.

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