
Perteneciente a la cuarta generación de una familia de bodegueros, Carlos Villar dirige la emblemática Protos, en Ribera del Duero. Apuesta por la política de reinversión de los beneficios y no descarta que a medio plazo la bodega se instale en el exterior para mejorar la comercialización fuera de nuestras fronteras.
¿Cómo ha sido 2015 para Bodegas Protos?
Ha sido un buen año. Ya preveíamos que íbamos a notar el inicio de la recuperación, pero ha sido mejor de lo que esperábamos. Hemos crecido más de un 4 por ciento y hemos vuelto a batir récords. Hemos cerrado en 32,33 millones de euros y nos consolidamos como la mayor compañía vitivinícola de Castilla y León en facturación. En beneficios hemos alcanzado los 9 millones de euros.
¿Cuáles son las claves que explican este crecimiento?
La exportación y la hostelería. Aunque porcentualmente hemos crecido más en las ventas al exterior, en números reales hemos crecido más en hostelería, porque es nuestro principal mercado. En el caso de la hostelería el aumento ha sido del 8 por ciento, que es muy considerable, debido al mayor consumo, mientras que la mejora en exportación se ha notado que hemos seguido invirtiendo, metiendo más recursos económicos y humanos.
Recientemente anunciaban una ampliación de la bodega de Rueda. ¿Qué peso alcanzará esa denominación en el grupo?
De los 32 millones de euros de facturación, 4 millones son ya de Rueda, que cada vez coge mayor protagonismo. Crecemos más porcentualmente, con un 7 por ciento, y mi balance es claramente positivo. Ahí tenemos mucho camino por hacer porque, así como en Ribera somos líderes, en Rueda, no es así. Tratamos de desmarcarnos un poco de la generalidad, intentamos ser bastante cualitativos y hacer un posicionamiento distinto.
¿Hay contemplada alguna adquisición?
No, estamos invirtiendo otra vez en nuestras instalaciones. Va a haber dos o tres años de fuertes inversiones, porque una de las facetas que yo quiero como gestor es reinvertir el 80 por ciento del beneficio, aunque aquí damos dividendo.
¿Protos seguirá la política de otros grandes grupos de tener presencia en más denominaciones de origen?
A corto plazo no, porque estamos centrados en invertir aquí, pero a medio por supuesto que sí. Pero no sólo nacional, porque yo creo que lo mejor que puede hacer Protos es crear sinergias y donde mejor se puede conseguir es en los mercados internacionales, aunque no sé si estando en otra zona vitivinícola española o en otro país. Eso es lo que tenemos que valorar cuando llegue el momento de invertir.
¿Estaríamos hablando de instalarse en el exterior?
Hablamos de que nuestra filosofía es la de invertir, pero no sé si en el exterior o en España, no sé si solo o con socios, no sé si en algo instaurado o de nueva fundación?En el corto plazo no está previsto, porque va a haber inversiones aquí y tenemos que quitarnos deuda. Pero luego están todas las puertas abiertas.
¿Ha generado tensiones de tesorería el pago a 30 días?
Aquí en Ribera no había un problema y no era una reclamación del sector y la ley se creó un poco por otras zonas vitivinícolas, que estaban cobrando poco y tarde. Nosotros pagamos a 30 días una parte de la uva y la otra a 30 días desde que el Consejo la certifica. Estamos pagando antes, pero no muchísimo antes. Antes lo hacíamos en diciembre y abril y esta campaña en noviembre y en marzo. No ha sido algo problemático para nosotros, pero creo que cuando se toman estas medidas hay que tener en cuenta a todo el sector.
¿Qué impacto cree que tendrá el nuevo sistema de autorizaciones en Ribera y Rueda?
Es muy importante buscar el equilibrio para el productor y para el elaborador porque si hay exceso de demanda u oferta se genera nerviosismo y hay diferenciación de precios y al final es un problema para ambos. Es muy importante que las zonas se autorregulen, que tengan una cantidad en stock suficiente para que pueda balancear las cosechas buenas con las malas y que no haya tensiones de precios. También hay zonas que necesitan plantar más viñedo y tendrían que tener capacidad de hacerlo. La política de Rioja de no permitir nuevo viñedo es peligrosa porque limita el crecimiento. Lo que menos me gustadel nuevo sistema es que el agricultor tiene muy fácil plantar viñedo, pero la empresa, difícil. Eso tiene poco sentido porque las empresas son dinamizadoras del sector y las que crean valor a través de la marca.
¿Qué papel juega la I+D+i?
Creemos que todas las bodegas marquistas tienen que apostar por la innovación. Nosotros hemos invertido desde el año 2006 más de 4 millones de euros.