
Los bancos españoles lanzaron ayer un mensaje de calma y su compromiso con el Reino Unido tras conocerse el resultado del referéndum. Las entidades más expuestas al mercado británico son el Santander y Sabadell, que generan allí una cuarta parte de su beneficio. Sólo por la caída de la libra en el día de ayer, las ganancias de ambos grupos disminuirían en el conjunto del ejercicio más de un 2 por ciento. UBS eleva la merma de resultados hasta el 4 y 6 por ciento en el caso de que la moneda inglesa continúe su descenso y entre en paridad con el euro.
El Sabadell, que desembarcó el año pasado en la isla con la adquisición de TSB, espera que la contribución a los beneficios de esta filial baje del 20 por ciento previsto para el conjunto del año hasta el 17 o 18 por ciento. Los analistas de Bloomberg calculaban hasta ahora que el banco catalán iba a ganar en 2016 en torno a 855 millones de euros. Los mismos expertos atribuían un resultado de 6.152 millones para el Santander, que ayer eludió cifrar cualquier tipo de impacto.
La presidenta del grupo cántabro, Ana Botín, en cambio, sí declaró que "seguimos tan comprometidos como siempre con nuestros equipos y clientes en Reino Unido". La banquera reivindicó que el modelo de negocio de la entidad, de carácter minorista, "aporta estabilidad y fortaleza". Este mensaje coincide con el emitido por su homólogo del Sabadell, Josep Oliu. Hace escasos días, el ejecutivo catalán remarcó que el banco estaba preparado para la eventualidad del Brexit y que, por ejemplo, cuenta con coberturas frente a oscilaciones de las divisas que le protegen de cualquier ajuste en el capital y que la franquicia del Reino Unido cuenta con una solvencia elevada.
El Santander está acostumbrado, por su parte, a operar en distintos mercados no europeos, siempre trabaja con distintos escenarios y tiene planes de contingencia para encarar cualquier adversidad. En ambos casos, las filiales son 100 por ciento británicas, están supervisadas por las autoridad local -por lo que la ruptura no va a suponer desventajas operativas- y son autónomas tanto en liquidez como solvencia, de forma que cualquier contagio a sus matrices sería limitado.
Pese a estas salvaguardas, el negocio de ambos en Reino Unido está muy ligado a la evolución de la economía, para lo que los expertos auguran hasta una recesión. Una situación que hace previsible que tanto la actividad crediticia se ralentice como la morosidad aumente en las divisiones británicas de los grupos. Los analistas de Citi identifican varias vulnerabilidades para el sistema bancario del país. Por un lado, el enfriamiento de la economía provocará una caída de los precios de la vivienda, que requerirá a las entidades más provisiones.
Presión en los márgenes
Por otro lado, cree que las emisiones de deuda senior se encarecerán entre 30 y 50 puntos, lo que causará una batalla por la captación de los depósitos y eso acabará presionando los márgenes del sector. Esto será parcialmente compensado por la evolución del crédito.
En el caso del Santander, el Brexit no llega en el mejor momento, porque ya se encuentra afectado en otro de sus mercados principales, Brasil, que aporta una quinta parte de los resultados. La devaluación del real por la recesión de la economía contrajo un 25 por ciento la aportación de la filial carioca.
La llamada a la prudencia y a la calma de Santander y Sabadell fue compartida por las patronales del sector, AEB y CECA. La primera ya reclamó hace una semana que con el Brexit no había que dramatizar.
Ayer, la AEB señaló que "los bancos españoles están bien preparados para afrontar cualquier situación de mercado que pueda derivarse de esta nueva situación". La CECA también remarcó la fortaleza del sistema para encarar el periodo de incertidumbre que se abre mientras Reino Unido negocia las condiciones de la ruptura.
El resto de bancos españoles apenas están expuestos al mercado británico. BBVA, por ejemplo, tiene sólo el 0,3 por ciento de los activos.