
El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) ha tenido que revisar al alza de nuevo las pérdidas que tendrá que asumir por el esquema de protección de activos (EPA) concedido al Sabadell en la adjudicación de los negocios de la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM).
En 2015, de acuerdo con las estimaciones realizadas por expertos independientes, el quebranto que tendrá que asumir el fondo -propiedad del conjunto del sector- ascenderá a 6.255 millones de euros en los próximos años, lo que supone un incremento del 29,9% respecto a la previsión de finales de 2014.
Cada ejercicio, este organismo recalcula las eventuales pérdidas del EPA para ir cubriendo los riesgos. En el momento de la concesión de estas ayudas, el agujero esperado apenas superaba los 1.340 millones, a pesar de que la factura máxima que podría asumir llegaba a los 16.610 millones en los diez años de vigencia.
El Sabadell, para hacerse cago de la antigua caja alicantina en 2011, exigió una cobertura de pérdidas para una cartera inmobiliaria de más de 24.000 millones, que en ese momento contaba con unas provisiones de casi 4.000 millones. El contrato de adquisición contempla que el 80 por ciento de las pérdidas de dicha cartera es asumido hasta 2021 por el fondo de garantía una vez descontadas las dotaciones.
Hasta 2014 el agujero por créditos e inmuebles adjudicados de la CAM de la caja ha estado cubierto por las provisiones existentes en el momento de la compra, por lo que ni el fondo de garantía ni el Sabadell han tenido que hacer frente a ningún coste. Pero, en 2015 la situación cambió por el deterioro y la caída del precio de los pisos y suelo. En concreto, el FGD tuvo que desembolsar en febrero de este año 822 millones por las pérdidas de la cartera, mientras que la entidad que preside Josep Oliu, poco más de 205 millones.
Para 2016, el quebranto para ambas instituciones será algo superior. Se estima que alcancen en conjunto unos 1.500 millones.
EPA de Unnim
No es el único gasto al que se enfrenta el FGD en un futuro. El fondo de garantía deberá asumir pérdidas futuras de Unnim -grupo formado por las cajas de Tesarra, Sabadell y Manlleu- por un esquema similar otorgado a BBVA para su adquisición en 2012.
En este caso, las pérdidas esperadas para la hucha que cubre los depósitos también se ha incrementado en 2015 tras la revisión de los expertos independientes, pero con menor intensidad.
Los nuevos cálculos aumentan un 9% el quebranto para el FGD hasta 2022 por una cartera que de más de 7.360 millones de euros. Los deterioros, hasta la fecha, se están cubriendo con las provisiones realizadas previamente por el grupo de cajas catalanas de 1.330 millones de euros, con lo que ni el fondo ni el banco azul están sufriendo minusvalías.
La hucha para los depósitos también está costeando agujeros de la antigua CCM, ahora en manos de Liberbank. Hasta finales de 2016, tras la prórroga sellada hace un par de años, asumirá pérdidas por un importe total de 2.475 millones de euros. Estas ayudas se concedieron antes de la creación del estatal Frob. que se hizo cargo de los rescates posteriores en el sector financiero.