
El Tribunal Supremo de EEUU falló hoy a favor de la tabacalera estadounidense Reynolds y en contra de la Unión Europea (UE), que acusó hace más de una década al fabricante de cigarrillos de participar junto a grupos criminales en un esquema global de lavado de dinero.
En su decisión, el alto tribunal limitó el alcance de la ley de Chantaje Civil, Influencia y Organizaciones Corruptas (RICO, por su sigla en inglés) y determinó que las cortes de EEUU no pueden juzgar reclamaciones relativas a conductas que se produjeron en el extranjero, en este caso en Europa.
El caso surgió en 2001, cuando la Comisión Europea (CE) inició un litigio en un tribunal de Nueva York en el que acusaba a las tabacaleras R.J.Reynolds, Japan Tobacco, PMI y Philip Morris de contrabando de cigarrillos en la UE y de blanqueo de capitales.
Las demandas contra Japan Tobacco, PMI y Philip Morris fueron retiradas después de que las compañías firmasen acuerdos de colaboración con la CE, algo que Reynolds nunca ha querido hacer.
De esta forma, en 2002, la Unión Europea y varios Estados interpusieron una demanda civil contra Reynolds American (RJR), el segundo mayor productor de tabaco de Estados Unidos y conocido por sus marca de cigarrillos Camel y Pall Mall.
En esa demanda civil, la Unión Europea acusó a Reynolds de haber dirigido un esquema ilícito que implicaba la entrada a Europa de cigarrillos de manera ilegal a manos de grupos criminales de Colombia y Rusia.
Esta demanda fue desestimada en 2011 por motivos técnicos.
Después, la Unión Europea recurrió la sentencia ante la corte de Apelaciones del Segundo Circuito con sede en Nueva York y que, en 2014, determinó que la demanda tenía base legal para seguir adelante.
Los magistrados de la corte de Nueva York afirmaban que la Unión Europea y sus Estados miembro podían presentar la demanda amparados por el principio de diversidad de jurisdicciones porque cumplían con criterios recogidos en el Acta de Inmunidad Soberana de Estados Extranjeros (Foreign Sovereign Immunities Act).
Sin embargo, hoy el Tribunal Supremo falló en sentido contrario dando una gran victoria a la tabacalera Reynolds.
"Permitir que inversores extranjeros persigan demandas privadas en Estados Unidos, se nos dice que podría alterar un delicado equilibrio y ofender los intereses soberanos de naciones extranjeras", determinó el Tribunal Supremo en su sentencia, escrita por el juez conservador Samuel Alito.
En la decisión no participó la jueza Sonia Sotomayor, la primera hispana de la corte, que se excusó por haber formado parte de decisiones de cortes inferiores sobre el caso.
De esta forma, la decisión la tomaron solo siete jueces de los nueve que deben de componer el tribunal.
En febrero murió de forma inesperada el juez conservador Antonin Scalia, y el presidente Barack Obama propuso como sustituto al magistrado Merrick Garland pero la mayoría republicana del Senado se ha negado a confirmarlo porque prefieren que el próximo inquilino de la Casa Blanca elija al nuevo miembro del Tribunal Supremo.