
El Sabadell se ha fijado el objetivo de reducir un 10% sus activos improductivos, una de las prioridades del sector financiero y que ha obligado al Popular a poner en marcha una ampliación de capital de 2.500 millones de euros.
El presidente del Sabadell adelantó ayer en unas jornadas organizadas por la Apie que, a lo largo de este año, el volumen de dudosos y activos adjudicados se recortará en unos 2.000 millones de euros, hasta situarlos en 18.000 millones gracias a que el volumen de ventas de pisos se mantendrá en el entorno de otros ejercicios.
Oliu considera que el banco no tiene porqué acelerar la desinversión de este tipo de activos porque están dotados suficientemente y en los próximos tres años podrán evacuar una parte importante de los mismos.
La falta de coberturas era precisamente una de las deficiencias del Popular en su cartera de impagados y adjudicados. Según su presidente, Ángel Ron, puso en marcha la ampliación para cubrir esta deficiencia y anticiparse al futuro.
Conversación de café
Indicó que el consejo se decidió por esta operación, porque una fusión iba a destruir valor a los accionistas y al negocio de pymes del banco. Ron admitió negociaciones con otras entidades, entre ellas el Sabadell, aunque destacó que éstas no pasaron de "un café".
Las conversaciones fueron confirmadas horas después por su homólogo del Sabadell. Oliu señaló que los contactos se han mantenido desde hace muchos años, como con otros, aunque en el caso del Popular estos son "más simpáticos".
El Sabadell, en esta ocasión, no abordó una operación de estas características, porque en el momento actual, de tipos bajos y valoraciones en libros escasas, una ampliación de capital para ejecutar una integración diluiría mucho a sus accionistas.
El presidente del Popular no pudo dar detalles sobre cifras concretas de la evolución de la ampliación, pero sostuvo que ha tenido una buena acogida por los inversores, entre ellos el núcleo duro, que ha decidido acudir en su práctica totalidad de la suscripción a la que tienen derecho.