Desde que iniciara su expansión internacional en 2011, Enagás ha considerado a Latinoamérica como un destino estratégico. Durante estos años, su presencia en México, Chile y Perú ha ido creciendo y ganando importancia, con proyectos que son clave para el suministro energético de estos países. Consulte el especial 'Proyectos extraordinarios en América'
La compañía inició su proceso de internacionalización en México, con la compra del 40 por ciento de la planta de regasificación TLA Altamira. Esta terminal goza de una situación privilegiada, en el Golfo de México, donde recibe metaneros de diferentes orígenes, favoreciendo la diversificación del suministro.
También en este país, la compañía forma parte de los consorcios adjudicatarios de dos importantes infraestructuras gasistas, que se han puesto en operación recientemente: el gasoducto de Morelos y la estación de compresión de Soto La Marina.
Con una longitud de 171 kilómetros, el gasoducto de Morelos transporta gas natural desde el Estado de Tlaxcala hasta el de Morelos, en la zona centro de México. Esta infraestructura cumple un papel fundamental, ya que suministra gas natural a la planta de generación de la Comisión Federal de Electricidad de México (CFE), lo que permite satisfacer las necesidades de electricidad del país.
Por otra parte, el consorcio en el que participa Enagás terminó de construir la estación de compresión de Soto La Marina a finales de 2015. Esta planta tiene una capacidad de compresión de gas natural de hasta 19 bcm (miles de millones de metros cúbicos) y cuenta con una interconexión con el gasoducto San Fernando-Cempoala, que eleva la capacidad de transporte en el país.
Activo en Chile y Perú
Chile fue la siguiente estación en el proceso de salida al exterior de Enagás. Allí, la compañía es desde 2013 el principal accionista de la planta de regasificación GNL Quintero, una terminal estratégicamente ubicada en la bahía de Quintero, en el centro del país y cerca de la capital, Santiago de Chile. Esto le permite dar respuesta a la demanda de gas natural de la zona central del país y abastecer de gas a diversos segmentos como el residencial, comercial, industrial, de transporte y generación eléctrica. Además, está prevista la construcción de un tercer tanque y un aumento de su capacidad de emisión.
La planta fue inaugurada en 2009 y su puesta en marcha posicionó a Chile como primer país del hemisferio sur en contar con una terminal de recepción, descarga, almacenamiento y regasificación de GNL (gas natural licuado).
En 2014, Enagás comenzó a operar también en Perú, un país en el que, en tan sólo dos años, se ha situado como uno de los principales accionistas del sistema de transporte de gas. La compañía tiene una participación del 25,98 por ciento de Transportadora de Gas del Perú (TgP), empresa encargada del transporte de la mayor parte del gas natural y de los condensados del país. Asimismo, cuenta con el 30 por ciento de la Compañía Operadora de Gas del Amazonas (Coga), responsable de la operación y mantenimiento del sistema de transporte de TgP.
La compañía también tiene una presencia destacada en este país por su participación en el desarrollo del Gasoducto Sur Peruano, considerado la mayor infraestructura energética de Latinoamérica en los últimos años. Este proyecto contempla la construcción y posterior operación y mantenimiento de un gasoducto de 1.134 km de longitud, desde la zona de selva hasta la costa del Perú, clave para la seguridad de suministro, al conectar los yacimientos de Camisea con los centros industriales de Lima y Pisco.
Compromiso a largo plazo
La participación de Enagás en todos estos proyectos ha convertido Latinoamérica en una región clave dentro de su estrategia internacional. La compañía mantiene un compromiso sólido y a largo plazo con los países en los que está presente y ha manifestado en alguna ocasión su interés en seguir estudiando oportunidades de inversión en la zona, siempre y cuando se trate de proyectos core business que permitan reforzar la seguridad de suministro y que encajen con sus estrictos criterios estratégicos de riesgo-rentabilidad y de estructura financiera.
De hecho, países con regulaciones estables y perspectivas de crecimiento, como México, Chile y Perú, constituyen uno de los pilares de crecimiento contemplados en su perspectiva para el horizonte 2016-2020, junto a Europa y el mercado global de GNL.
Además de México, Chile y Perú, la compañía está presente en otros países europeos, como Suecia, con un 50 por ciento de Swedegas, y en Italia, Grecia y Albania, por su participación en el proyecto Trans Adriatic Pipeline (TAP), clave para la seguridad de suministro de Europa.
Según su plan estratégico, Enagás seguirá estudiando proyectos en Latinoamérica, pero también en Europa, donde puede hacer valer su experiencia como Transmission System Operator (TSO) certificado por la Unión Europea, y en el mercado de GNL, un campo en el que tiene 45 años de experiencia.
En ese tiempo, Enagás se ha posicionado como un referente internacional en el desarrollo de infraestructuras gasistas y en la operación, gestión y mantenimiento de redes energéticas. Dispone de 12.000 kilómetros de gasoductos, cuatro almacenamientos estratégicos y ocho plantas de regasificación.