La ya dilatada trayectoria internacional de Elecnor ha tenido en Latinoamérica su escenario más destacado. Casi 50 años después de empezar a actuar en el continente, hoy día es fácil apreciar la filosofía de arraigo, excelencia y compromiso con que la compañía española ha afrontado su implantación en aquellos países. Consulte el especial 'Proyectos extraordinarios en América'
Elecnor es una de las principales empresas españolas en ingeniería, desarrollo y construcción de proyectos de infraestructuras con más de 50 años de historia. Es también un promotor e inversor destacado en los campos de las energías renovables, las infraestructuras de energía y medio ambiente y el espacio.
Desde sus inicios, la compañía ha mostrado gran vocación de expansión internacional. Comenzó en los años 60, con la constitución en Venezuela de su primera filial. Siguió en la década de los 70 con Elecdor, en Ecuador, y con la creación de Elecnor do Brasil. En los 80, empezó a trabajar en República Dominicana y, en los 90, en otros países como Argentina, México, Uruguay y Chile.
Más recientemente, afianzó su posición también en Estados Unidos a través de sus filiales Elecnor Inc. y Elecnor Belco, y la adquisición de la sociedad Hawkeye.
Esta fuerte expansión ha convertido a Elecnor en una compañía global. En el ejercicio 2015, obtuvo unas ventas consolidadas de 1.881 millones de euros, de las cuales el mercado internacional representó el 55 por ciento y el nacional el 45 por ciento. De esa cifra total de ventas, 661 millones tuvieron su origen en el conjunto de América.
Llegar para quedarse
Una característica común a las distintas historias de implantación en estos países es la vocación de permanencia que ha demostrado Elecnor, con delegaciones y equipos estables y una actividad ininterrumpida año tras año. Un ejemplo gráfico es México, donde trabaja desde los años 90 y de modo plenamente estable desde 2001, cuando creó la filial Elecnor de México, con el objetivo de participar como empresa local en otras actividades diferentes a las tradicionales de infraestructuras eléctricas.
Esa misma voluntad de arraigo se observa en algunos de los proyectos más emblemáticos del Grupo, como el complejo eólico de Rio Grande do Sul, en Brasil, que cuenta en la actualidad con 564 MW, de los cuales 375 ya están en operación y el resto en distintas fases de construcción y desarrollo.
Este complejo, desarrollado por la filial eólica de Elecnor, Enerfín, es el mayor del hemisferio sur y un ejemplo de avance tecnológico y modernidad. Destaca tanto por la infraestructura utilizada para la realización de las obras como por el diseño diferencial de sus aerogeneradores que se levantan sobre el terreno con sus 110 metros de altura y unos rotores de 70 y 82 metros de diámetro.
Se trata de aerogeneradores con tecnología Enercon de última generación que ofrecen una mayor eficiencia energética y una mayor vida útil, así como un menor impacto ambiental asociado.
Cuando esté finalizado, tendrá capacidad para abastecer anualmente el consumo residencial de 550.000 hogares, evitando así una emisión anual de 500.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Para Elecnor, en cualquier caso, la singularidad de este proyecto no radica sólo en la potencia instalada o en la alta tecnología de los aerogeneradores. La singularidad descansa, sobre todo, en la excelencia alcanzada a la hora de integrar el proyecto en el entorno que lo rodea, tanto desde un punto de vista medioambiental como de aceptación social.
Como muestra ilustrativa de los frutos de estos conceptos, cabe destacar cómo la localidad de Osorio, en la que se ubica una parte del complejo de Rio Grande do Sul, de poco más de 50.000 habitantes, ha decidido incorporar un par de molinos eólicos a su emblema, consciente de que éstos se han convertido en un elemento diferenciador y de distinción en el plano internacional. A este mismo fin contribuirá, sin duda, la más reciente aportación de Elecnor a aquella comunidad: la construcción de un centro de visitantes, dentro de los parques radicados en Osorio, para divulgar información sobre la industria eólica y promover el turismo ambiental.
También en Canadá
Idéntica filosofía ha aplicado Elecnor en Canadá, donde la compañía, a través nuevamente de su filial de energía eólica Enerfín, ha puesto en operación su primer parque eólico en aquel país: el de L?Érable, ubicado en la provincia de Quèbec, en cuya construcción han trabajado más de 1.200 profesionales a lo largo de las distintas etapas.
El parque tiene una potencia de 100 MW gracias a la instalación de 50 aerogeneradores de 2 MW de potencia unitaria y tecnología Enercon de última generación, con una mayor eficiencia energética y vida útil y un menor impacto ambiental asociado. El complejo proporciona energía renovable para aproximadamente 30.000 hogares y evita la emisión anual de más de 57.400 toneladas de CO2 a la atmósfera.
La capacidad de compromiso social y medioambiental de Elecnor fue determinante para ganar los contratos necesarios para la ejecución de este complejo. En su momento, la compañía llevó a los alcaldes de las localidades en las que se iba a instalar el parque de L?Érable hasta Osorio para que vieran de primera mano la magnitud del proyecto que estaba levantando en Brasil. Cuando comprobaron sobre el terreno el alcance del arraigo y excelencia de los proyectos de Elecnor, se obtuvo su pleno apoyo institucional. Este compromiso también trascendió al plano financiero, siendo Enerfín el primer inversor extranjero de renovables en Quèbec que ha logrado su financiación con entidades 100 por cien canadienses.
Proyectos de transmisión
Los proyectos de transmisión eléctrica de Elecnor en régimen concesional, canalizados a través de su filial Celeo Redes, suponen otro de sus grandes desarrollos en todos estos años, con dos escenarios prioritarios: Brasil y Chile. En el primero de esos dos países, al cierre de 2015 participaba en un total de 12 concesiones. En Chile, por su parte, el Grupo culminó el pasado año su primer proyecto de línea de transmisión, Ancoa-Alto Jahuel, y trabaja en la actualidad en el desarrollo del tendido del segundo circuito de esa misma línea y en una segunda línea, Charrúa-Ancoa.
Como en el campo eólico antes descrito, también aquí se observa la huella positiva y sostenible que Elecnor quiere dejar inscrita en estas infraestructuras. En Brasil, por ejemplo, se realizan campañas periódicas de apoyo a comunidades indígenas y se promueve regularmente el proyecto Viagem Teatral, cuyo objetivo es dar soporte a las campañas anuales contraincendios y de educación ambiental. A través del arte teatral se difunden conceptos relativos al medio ambiente, en especial la prevención de incendios y la gestión de residuos.
La implantación de la compañía se ve además reforzada por las actuaciones en materia de infraestructura social de la Fundación Elecnor, que ha emprendido proyectos tan ambiciosos como Luces para Aprender, con el que ha dotado de energía eléctrica de origen solar fotovoltaico a más de 80 escuelas rurales uruguayas; Sinergia, en Chile, que ha llevado luz y un mejor aprovechamiento del agua a una región remota del desierto de Atacama, o sendos proyectos de despliegue eléctrico en comunidades aisladas de Honduras y República Dominicana.