Sacyr prevé que su división de concesiones genere un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 400 millones de euros en el horizonte de 2020, lo que supondrá más que duplicar el de 185 millones de 2015, cuando supuso más de la mitad (el 52 por ciento) del total de todo el grupo.
A este importe se añadiría la contribución de las nuevas concesiones que confía lograr en este periodo, en el marco de la actual política de crecimiento que desarrolla la compañía, con la que pretende desembarcar en Estados Unidos y México.
En caso de que finalmente logre desembarcar en Norteamérica, Sacyr extenderá el negocio concesional con que actualmente cuenta en ocho países de Europa (Irlanda, Italia, Portugal y España) y Latinoamérica (Colombia, Perú, Chile y Uruguay).
Por el momento, la actual previsión de ebitda se estima a partir de la cartera de 36 activos que suma Sacyr Concesiones, fundamentalmente de autopistas y en su mayor parte en explotación.
Sacyr ya ha ejecutado una inversión de 1.077 millones en estos activos, en los que tiene otros 533 millones comprometidos y pendientes de abonar en varios proyectos en construcción, fundamentalmente en Colombia e Italia. Asimismo, a cierre de 2015, todos estos proyectos suponen una cartera de ingresos futuros de unos 13.300 millones de euros, de la que un 60% procederá del exterior, según detalló el grupo durante una presentación a analistas de esta división.
Según la presentación, la cartera ha crecido una media anual acumulada del 15 por ciento desde 2009, ejercicio en que se constituyó Sacyr Concesiones tras la venta de Itínere, de forma que desde entonces se ha multiplicado por más de dos.
Sacyr sigue manteniendo una participación del 15 por ciento en su exfilial Itínere, concesionaria de varias autopistas del Noroeste de España, un porcentaje que, no obstante, sigue estando a la venta.