
Mutua Madrileña no quiere marcharse de Repsol. La compañía pretende permanecer en el accionariado de la petrolera a no ser que reciba una oferta de compra que le permita vender su 2,5% con plusvalías. Esto supone que el posible comprador debería pagar una prima de casi un 20% por encima del precio de cierre de la cotización del pasado viernes, lo que supondría el desembolso de más de 24 euros por título.
Fuentes consultadas por elEconomista destacaron que la participación de Mutua Madrileña no está ligada a la de Sacyr Vallehermoso (SYV.MC) y rechazaron que se haya encargado la venta de este porcentaje junto con el paquete de la constructora a Dresdner Bank. El presidente de Sacyr, Luis del Rivero, tiene la intención de ofrecer su porcentaje y el de Mutua Madrileña. Al parecer, comunicó a la petrolera que la venta incluía su participación y la de la Mutua.
No logra entrar en el Consejo
En los últimos meses, Mutua Madrileña había solicitado un puesto en el Consejo de Administración de Repsol (REP.MC), pero la petrolera ha exigido constantemente que alcancen el 5% del capital para poder sentarse en el máximo órgano de la compañía. Es una de las reivindicaciones que siempre ha planteado la aseguradora, que acostumbra a ocupar un sillón en los órganos de gobierno de las empresas en las que participa.
Los títulos de Repsol fueron adquiridos durante la presidencia de José María Ramírez Pomatta, que ya mantuvo en su momento negociaciones con el presidente de la petrolera, Antonio Brufau, para incorporarse al consejo, pero la petrolera tenía entonces dificultades organizativas para poder dar entrada a la institución, tal y como se encargó de explicar el propio presidente de Repsol en su comparecencia de la junta general de accionistas celebrada este año.
Sacyr anunció oficialmente el pasado viernes que ponía a la venta su participación del 20% en Repsol, pero lo cierto es que la compañía ya había recibido ofertas de compra con anterioridad, tal y como adelantó en su momento elEconomista, de manos de un fondo soberano. Los títulos de Repsol mantuvieron la semana pasada precios por debajo de los 29 euros por acción, lo que provocó una vez más que Sacyr tuviera que depositar garantías para respaldar el crédito de más de 6.260 millones que le otorgó un grupo sindicado de bancos, encabezados por el Santander, para desembarcar en la petrolera.
Itínere y Testa Inmobiliaria
Según los contratos que tiene firmados la constructora con dichas entidades financieras, cuando el precio de la acción pierde la cota de los 21,85 euros por título, los bancos deben tener en su poder, además de las acciones de la propia petrolera, garantías de pago de Sacyr, que incluyen además de la tesorería que en ese momento tenga la compañía, sus títulos en Itínere (EUR.MC) y en Testa Inmobiliaria. Eso sí, siempre y cuando consiga el permiso de los acreedores, ya que la compañía patrimonialista es el contra aval que utilizó Del Rivero para adquirir la participación en Repsol. Anteriormente, Sacyr también dejaba en prenda Eiffage, pero tras su venta esta garantía desapareció.
La compañía que preside Luis del Rivero no tenía que hacer frente al pago del principal hasta el año 2011. Incluso cuenta con la posibilidad de ampliar este periodo en un año más. Según los cálculos de Sacyr, simplemente con el pago del dividendo de la petrolera, la constructora podría hacer frente a los intereses de este crédito hasta ese mismo ejercicio, incluso obteniendo alguna plusvalía importante. Conviene recordar que, en la actualidad, Sacyr Vallehermoso acumula unas minusvalías del primer paquete del 1,4 que compró de Repsol y por la que pagó 470 millones de euros, cercanas al 25%.
Por su parte, Repsol tiene que analizar durante el transcurso de este mes si coloca en bolsa el 25% de su filial de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) en el parqué de Buenos Aires y también en el de Nueva York. De hecho, el grupo Petersen Energía ya ha realizado durante esta semana una opa para superar el 15% de la empresa.
La aseguradora pierde dinero con su inversión
Cotización en bolsa de Repsol.
Fuente: Bloomberg y elaboración propia / elEconomista.