
Tras el traspaso de 140 supermercados a Dia y de 36 hipermeracados a Carrefour, además de gasolineras y galerías comerciales, Eroski ha dado por cerrada la venta de nuevas tiendas.
Tal y como adelantó elEconomista el pasado 4 de abril, el grupo de distribución vasco ha desistido en la venta de 28 hipermercados, que aún tenía sobre la mesa y, ante la falta de comprador, ha decidido centrarse en la venta de inmuebles.
El presidente de Eroski, Agustín Markaide, ha admitido en este sentido que su objetivo, una vez que se vaya recuperando el sector inmobiliario, es lograr ingresos por estas ventas de hasta 600 millones de euros. Markaide ha insistido, no obstante, en que "no hay prisa, porque el mercado no está normalizado".
Todo ello, según admitió después, de que a raíz de la crisis económica y para poder reducir su deuda, las desinversiones acumuladas hayan provocado que el grupo sea hoy mucho más pequeño. "Facturábamos 9.000 millones de euros y hemos perdido un tercio de nuestro negocio, además de recortar 600 puntos de venta. Somos una empresa más pequeña, pero también más rentable y preparada para el futuro, con un nuevo concepto de tienda, con mayor atención personal al cliente y en la que predominan los productos frescos", dijo Markaide. De momento, la reestructuración llevada por la compañía le ha permtido, según explicó su presidente, "reducir el nivel de deuda de forma muy significativa", desde unos compromisos bancario de 3.800 millones en 2008; a la renovación del crédito sindicado por 2.600 millones de euros a principios de 2015; y la previsión de reducirlo hasta los 1.600 millones en el horizonte de 2019.
En la misma línea también, Markaide confía en que este mismo año la empresa logrará retornar a la senda de beneficios tras haber padecido durante ocho ejercicios consecutivos números rojos, desde que se desencadenase la crisis económica en 2008 tras la compra de Caprabo.