
Peabody Energy, la segunda mayor minera de carbón privada del planeta, ha iniciado hoy los trámites para ser declarada en concurso de acreedores bajo la protección del capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EEUU. La petición se produce tras la fuerte caída de los precios del mineral, que le ha dejado sin recursos para atender el coste de la deuda con la que financia su expansión en Australia.
El capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EEUU ofrece protección a las empresas frente a sus acreedores, permitiéndoles reorganizar su deuda y vender partes del negocio.
La compañía ha afirmado que con esta medida "toma un paso decisivo para reforzar la liquidez y reducir el volumen de la deuda, ante el giro sin precedentes que ha tomado el mercado".
La caída de Peabody es de las mayores que ha sufrido el sector de las materias primas desde que el sector comenzó a desalerarse a mediados de 2014, como consecuencia del enfriamiento de la actividad económica de los mercados emergentes más relevantes -China y Brasil-.
"Ha sido una decisión difícil, pero es el camino adecuado para que Peabody salga adelante. Con la acción de hoy sentamos las bases para convertirnos en un líder global en el día de mañana. Queremos conseguir un acuerdo judicial que nos permita reducir la carga financiera en un contexto históricamente complicado", ha afirmado Glenn Kellow, consejero delegado de la empresa minera.
Los problemas de deuda de Peabody se remontan a la compra apalancada de 5.100 millones de dólares de la australiana Macarthur en 2011, un codiciado activo entonces para posicionarse como proveedor de carbón metalúrgico para las acerías de Asia.
Cuando bajó la demanda de este carbón, particularmente en China, se intensificaron los problemas financieros de Peabody, que el año pasado realizó una provisión de 700 millones de dólares en sus activos de carbón metalúrgico en Australia.