
Si se juzga por su aspecto, el nuevo buque de la marina de Estados Unidos no parece demasiado temible: una especie de canoa de 42 metros de longitud y unos 3 de anchura con forma de catamarán de tres cascos, pintado de gris y adornado con banderas de todos los colores, pero sin una sola arma visible en su casco. Sin embargo, EEUU ha puesto en el ACTUV (de momento no tiene un nombre más atractivo) todas sus esperanzas para defenderse de los submarinos rusos o chinos.
La principal característica de este barco, capaz de alcanzar los 27 nudos (unos 50 km/h) no es sin embargo su forma, sino que está pilotado de forma remota. Eso significa que puede enviarse a través de zonas minadas o penetrar en el radio de alcance de las armas del enemigo, mientras persigue a los submarinos enemigos más silenciosos, sin necesidad de repostar durante semanas (al no haber tripulantes, no hacen falta ni camarotes, ni cocina, ni despensas).
Con su sofisticado sónar, cada uno de estos barcos es capaz de detectar submarinos, torpedos o minas, y su sistema informático le permite esquivar pequeños objetos y evaluar las amenazas que le acechan.
Y todo ello sin necesidad de que haya un solo tripulante humano a bordo, con el objetivo principal de reducir costes de operación. Se calcula que este navío podría operar por sólo 20.000 dólares al día, cuando el coste de mover un portaaviones como el USS George Washington asciende a más de un millón de dólares.
La Armada estadounidense no planea que todos sus barcos terminen siendo robotizados, pero sí que espera que la utilización de drones de tamaño reducido, como este, pueda servir para incrementar la flexibilidad de sus operaciones y reducir la factura para los contribuyentes.
Y el Gobierno de Estados Unidos planea desplegarlos por doquier: "el ACTUV operará allí donde opera la Armada de EEUU. Pueden operar en el mar de China del Sur. Pueden operar en el mar Báltico. Pueden operar en el golfo Pérsico. Y pueden operar en el centro del océano Atlántico o del Pacífico", explica un representante del Departamento de defensa.
El ACTUV está actualmente en fase de desarrollo, y de hecho comenzará una larga batería de pruebas el próximo verano. Si todo sale bien, podría estar listo en 2018.