
Apple es hoy una de las compañías más valiosas del mundo, con una capitalización de 618.000 millones de dólares. El fabricante de iPhones ha conseguido amasar una fortuna con unas reservas que ascienden hasta los 215.000 millones de dólares. Sin embargo, la compañía del mítico Steve Jobs no siempre tuvo la suerte de cara. Según explica Bob Wright en su libro The Wright Stuff, Jack Welch, el ex capitán del conglomerado industrial de General Electric tuvo la oportunidad de comprar a la de Cupertino por tan sólo 2.000 millones de dólares hace 20 años.
Según explica Wright, quien fuera responsable de NBC-Universal, Michael Spindler, el consejero delegado de Apple por aquel entonces, básicamente suplicó a GE que sopesara la compra del fabricante de los ordenadores Macintosh, que en 1996 atravesó por una de sus crisis más profundas.
"El precio de la acción estaba en 20 dólares y Spindler nos dijo que no era capaz de hacer que la compañía creciera los suficientemente rápido, algo que ya intuían los analistas", relataba Wright en una entrevista publicada por el New York Post con motivo de la publicación de su libro. Es entonces cuando GE tuvo la oportunidad en bandeja de hacerse con Apple por tan sólo 2.000 millones de dólares. Una opción que Welch rechazó dado que las operaciones del conglomerado, que en aquel entonces no sólo se limitaban al sector industrial sino que también incluían otras áreas de negocio, como los medios de comunicación, no comulgaban con la gestión de una tecnológica de Silicon Valley.
Recordemos que Jobs logró volver gestionar Apple tras una época marcada por la frustración y la falta de visión para la de Cupertino. Su regreso trajo consigo productos estrella como el iPod y posteriormente el iPhone y el iPad. GE, que en estos momentos cuenta con una capitalización de mercado de 299.000 millones de dólares, llegó a convertirse en el buque insignia del capitalismo americano, con actividades que también incluían servicios financieros, a través de GE Capital.
Sin embargo, el azote de la crisis financiera de 2008, hizo que la compañía dirigida actualmente por Jeff Immelt, comenzase a deshacerse de varios activos y centrarse en su negocio industrial. Primero llegó la venta de NBC-Universal a Comcast y más tarde logró deshacerse de sus activos financieros. Un hecho que ha llevado al conglomerado industrial a pedir a los reguladores que retiren su calificación de entidad con "riesgo sistémico", el también conocido como "demasiado grande como para dejarla quebrar".