
La industria vasca vuelve a sufrir un revés a causa de ArcelorMittal. El gigante acerero anunció ayer el "cese parcial" de actividad en la planta de Zumárraga (País Vasco) -donde los márgenes se han deteriorado en más de un 20 por ciento desde 2012- transfiriendo los volúmenes de producción de la planta a otras fábricas del grupo distribuidas a lo largo de España.
Además, la acerera presidida por Lakshimi N. Mittal explicó que su intención es "recolocar a los empleados de Zumarraga afectados por esta decisión en otras plantas dentro de la empresa".
Los motivos a los que ArcelorMittal alude para el cierre de esta fábrica se resumen en tres: el incremento de los niveles de las importaciones, el alto coste de la electricidad, así como el elevado coste de importar chatarra.
En primer lugar, cabe recordar el fuerte impacto que están teniendo las importaciones chinas en todo el sector del acero a nivel mundial. Este ha sido, entre otros, uno de los principales motivos por los que ArcelorMittal registró unas pérdidas de 7.946 millones de dólares (7.150,55 millones de euros) durante el ejercicio de 2015, lo que supuso multiplicar casi por siete los números rojos registrados hace un año.
De hecho, sólo en el cuarto trimestre del pasado año, las ventas de ArcelorMittal se contrajeron un 18%. A consecuencia de esto, las patronales del acero de toda Europa han realizado peticiones oficiales a la Comisión Europea para que imponga unas medidas suficientemente efectivas para reducir el efecto de las importaciones asiáticas en la economía de los países de la UE, que venden esta materia prima a un precio inferior.
En segundo lugar, desde el gigante acerero denuncian que la electricidad en nuestro país es más cara que en otros países del Viejo Continente como Alemania o Francia.
Por último, cabe recordar que la principal materia prima empleada en la ruta del horno eléctrico -la que se utilizaba en esta fábrica vasca- es la chatarra. Ésta, a su vez, no abunda en España y hay que importar el 40 por ciento del total de la chatarra utilizada, lo que supone un coste adicional de 14 euros por tonelada.
Por estos motivos, desde ArcelorMittal denuncian que hay una sobrecapacidad del 37 por ciento en el mercado ibérico de productos largos, lo que ha supuesto un continuo deterioro de los precios y los márgenes.
Contrariedad del Gobierno
Por su parte, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, aseguró ayer al respecto que se trata de una "muy mala noticia sin paliativos", y que el Ejecutivo ha transmitido a la dirección de la empresa su "contrariedad" por "lo drástico de la decisión" y por "el modo en que se ha adoptado".
Asimismo, explicó que se ha pedido a la empresa que "actúe con extrema responsabilidad" en la gestión de la situación personal de los 350 trabajadores que pueden "verse afectados por la decisión". "Es algo que es clave en este momento y de extrema prioridad", añadió. Erkoreka indicó también que el Gobierno vasco es consciente de las "dificultades" que atraviesan las acereras.
El portavoz afirmó que "precisamente por eso, hubiese sido bueno que, en el caso de esta empresa, se manifestara una actitud más proactiva" para que fuera posible "establecer un marco de colaboración con las instituciones que pudiera haber evitado el cierre".