Ineco ha conseguido cerrar un conflicto con el Gobierno de Namibia que se originó hace una década. La compañía que preside Jesús Silva selló un acuerdo con el Ministerio de Obras Públicas de Namibia en la recta final del año pasado por el que la ingeniería pública ha recibido ya una compensación de 7 millones de euros, según aseguran a El Economista fuentes del sector. La firma española entierra así una disputa cuyo resolución incurre además directamente en la partida de ingresos.
Ineco entró en Namibia a principios del siglo XXI, cuando, en un consorcio junto con las españolas Grupo Page y Defex, consiguió un contrato para la modernización y ampliación de varios aeropuertos en el país. El importe del proyecto ascendió a 55 millones de euros. El más importante de los trabajos correspondía al Aeropuerto de Walvis Bay, foco de las disputas. La empresa española subcontrató a la firma portuguesa MSF para desarrollar una parte de las actuaciones.
La compañía lusa provocó los primeros problemas con Windhoek Consulting Engineers, la compañía contratada por el Gobierno del país para supervisar el proyecto y asegurar el cumplimiento de las condiciones del contrato. Esta firma denunció que los trabajos realizados hasta la fecha no cumplían los requisitos de calidad. Ineco le rescindió el contrato y sumó al proyecto a la empresa local Namibia Construction.
En paralelo, el Gobierno namibio dejó de pagar. En este escenario, la empresa española tuvo que paralizar el proyecto en marzo de 2006 durante varios meses. Los problemas persistieron e Ineco terminó por plantear un arbitraje en la Cámara Internacional de Comercio e Industria, con sede en París (Francia).
Este organismo resolvió el arbitraje en julio de 2012, dando la razón parcialmente a Ineco. El laudo arbitral incluía unos intereses anuales del 20 por ciento en el caso de incumplimiento del mismo. El Tribunal Supremo de Windhoek (Vinjuc, en español), capital de Namibia, emitió unos meses después un interdicto que paralizó cualquier compensación por parte del Gobierno namibio.
Intereses
La Corte de París había estimado en casi 7 millones de euros la compensación que Namibia debía dar a Ineco. Durante varios años el proceso estuvo suspendido, mientras los intereses seguían engordando la deuda con la ingeniería española. Ineco instó a que se retirara la orden de la Corte Suprema.
Con el cambio de Gobierno en Namibia en marzo del año pasado, el nuevo ministro de Obras Públicas del país africano reabrió las negociaciones con Ineco. Fruto de este acercamiento, la Administración namibia y la compañía que preside Jesús Silva acordaron zanjar el asunto con el pago de casi 10 millones de euros, de los que alrededor de tres correspondieron a más a Namibia Contruction. La empresa pública condonó los intereses que se habían acumulado y que prácticamente sumaban el mismo importe que la compensación.
En la actualidad, Ineco no desarrolla ningún trabajo en Namibia. En África, la ingeniería pública colabora con Aena en los trabajos de consultoría en operación y explotación comercial aeroportuaria en el Aeropuerto Quatro de Fevereiro de Luanda. Actualmente, la compañía está llevando a cabo estudios para la mejora operativa de esta infraestructura. Además, Ineco se adjudicó en mayo del año pasado el estudio de viabilidad de la futura línea de alta velocidad que unirá las ciudades de El Cairo y Luxor, en Egipto.