María José Álvarez asumió ayer la presidencia de Grupo Eulen en sustitución de su padre y fundador de la compañía de servicios, David Álvarez, que falleció el pasado mes de noviembre a los 88 años de edad.
En una escueta nota, la compañía informaba de que la actual vicepresidenta ejecutiva asumía la presidencia del grupo. "Las normas reguladoras de la estructura organizativa del Grupo Eulen deben, forzosamente, adaptarse a la nueva realidad que ha provocado el triste fallecimiento de su presidente", aseguraba la empresa, que añadía que el nombramiento "garantiza la continuidad y la normalidad" en el funcionamiento del grupo.
María José Álvarez se había convertido durante los últimos años en la mano derecha de su padre y en su más aliada en la guerra que el empresario leonés mantuvo con cinco de sus hijos por el control de Eulen, la sociedad patrimonial propietaria de Bodegas Vega Sicilia. De hecho, David Álvarez se aseguró la sucesión al blindar a su hija al frente de la compañía cuando él desapareciera al crear una sociedad holding, Daval, que controla Eulen.
Daval posee el 60% de las acciones de Grupo Eulen, mientras que otro 30% pertenece a El Enebro, después de que sus hijos díscolos vendiesen su participación a la sociedad patrimonial.
Algunas fuentes han apuntado a elEconomista que pese a que David Álvarez parece no haber hecho ninguno distinción en su testamento en detrimento de sus hijos díscolos, el control de Grupo Eulen, con más de 84.000 empleados en todo el mundo y una facturación de 1.300 millones de euros, queda en manos de María José Álvarez.
Mientras, la sociedad El Enebro seguirá estando bajo el control de los cinco hijos que se enfrentaron a su padre, con los que intentó un acercamiento poco antes de morir.
