
La adquisición de Allergan por parte de Pfizer por 150.000 millones marcó el año pasado la ola de fusiones en este sector, que arrancó en 2014, y que en el último mes ha alcanzado los 35.000 millones
Las multinacionales farmacéuticas han iniciado el año 2016 con la misma vorágine de operaciones de compra con la que acabaron el pasado año. Si echamos el calendario 12 meses hacia atrás, a día de hoy el volumen de las fusiones del sector de los laboratorios ha superado ya los 300.000 millones de euros. Una cifra desorbitante para un sólo año, pero que está condicionada sin duda por la aparición en el mes de noviembre de una operación histórica en el sector: la compra del laboratorio Allergan (dueño del bótox) por parte del gigante Pfizer (dueño a su vez de Viagra), por una suma de 150.000 millones de euros.
Una operación que hizo que el año pasado se alcanzara una cifra récord de volumen de compras en este sector: 275.000 millones de euros. Pero el año 2016 ha comenzado con la misma fuerza y ya se contabilizan operaciones por valor de 35.000 millones de euros, entre la que destaca la compra de la estadounidense Baxalta por parte de la irlandesa Shire, por una cifra de 29.300 millones de euros.
La carrera empezó en 2014
Las grandes farmacéuticas mundiales comenzaron en 2014 un frenético baile de operaciones de fusión e integración. Ante la crisis, el mercado farmacéutico se reestructuró y ha configurado empresas de mayor tamaño y especializadas en segmentos concretos de producción, que les permiten optimizar mejor las investigaciones en fármacos contra el cáncer, vacunas o productos veterinarios. La estrategia está dirigida a liderar cada uno de esos ámbitos de investigación.
Muchas de las grandes compañías han conseguido librarse ya de la elevada deuda que asumieron por las adquisiciones realizadas a principios de siglo y ahora tienen liquidez suficiente para volver a agitar el mercado de fusiones. Además, la presión de los sistemas sanitarios en EEUU y Europa por rebajar la factura farmacéutica sigue obligando a la industria a fusionarse para rebajar sus elevados costes de investigación.
Otra de las líneas de negocio corporativas que han seguido las farmacéuticas en estos últimos dos años ha sido bajo la estrategia del intercambio de activos. Si en 2014, fueron Novartis, GSK y Lilly los que canjearon divisiones por valor de 20.000 millones, en este año la francesa Sanofi y la alemana Boehringer Ingelheim negocian un intercambio que puede alcanzar los 18.000 millones.
Antes de esta ola de fusiones que dura ya dos años, la última gran operación en el sector farmacéutico mundial se produjo el 29 de enero de 2009. Ese día, el número uno, la estadounidense Pfizer, anunciaba la compra de su rival Wyeth -también de EEUU- por una cantidad que superaba los 52.000 millones de euros. Desde ese momento, la estrategia del mercado cambió. Llegó de lleno la crisis y las compañías se pusieron a hacer los deberes. Hoy, siete años después, los laboratorios han reducido de media hasta un 15 por ciento sus plantillas y han capeado el temporal con la venta de activos y alguna compra selectiva. Mientras, en este periodo los inversores han seguido confiando en el sector, como valor refugio, y eso ha hecho que su rentabilidad en bolsa haya continuado subiendo en estos años. Ahora, con los ajustes realizados, la propia Pfizer ha sido de nuevo la que ha agitado de nuevo el mercado, lo que provocará otro efecto tsunami en el mercado. La unión de Pfizer y Allergan, además de suponer la mayor fusión del mercado farmacéutico en toda su historia, fue también la tercera más elevada de la historia entre compañías. Solo la compra de Aol por parte de la compañía Time Warner, valorada en 186.000 millones y la de Mannesmann por Vodafone, valorada en 185.000 millones, estarían por delante.
Pagar menos impuestos
La compra de Allergan no sólo distanciará a la nueva Pfizer como la mayor farmacéutica del mundo, con una capitalización bursátil de aproximadamente 300.000 millones de dólares, sino que permitirá a sus inversores pagar menos impuestos. La estadounidense se puede ahorrar más de 19.000 millones anuales sólo en impuestos con esta operación. La intención de la multinacional estadounidense es trasladar su sede fiscal a Dublín, por lo que la operación se realizará a través de una fusión inversa. Pfizer mantendrá el domicilio legal irlandés de Allergan, mientras que conservará su sede en Nueva York, beneficiándose de una tasa impositiva efectiva del 17-18 por ciento en vez de un 25 por ciento actual.