
Morgan Stanley cerró el cuarto trimestre con un beneficio neto de 908 millones de dólares, frente a los 'números rojos' de 1.600 millones de dólares registrados en el mismo ejercicio de 2014. Este resultado, por encima de los esperado por el mercado, se produjo gracias a unos menores costes legales.
Mientras los ingresos de la entidad cayeron hasta los 7.700 millones desde los 7.800 millones de un año antes.