La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) cree que la obligación de las grandes instalaciones de combustión de reducir las emisiones empezará a afectar a la generación eléctrica con carbón este 2016. Según sus estimaciones, las centrales pueden producir entre un 19 y un 28 por ciento menos que en 2015. Así lo indica en el Informe sobre las previsiones de demanda de ingresos y costes en el sector del gas natural para el cierre del ejercicio 2015 y 2016.
La Directiva 2010/75/UE sobre emisiones industriales obliga a las centrales térmicas con más de 50 MW a reducir sus emisiones de partículas y de los gases contaminantes SO2 y NOx, muy nocivos para la salud.
Todas las centrales de carbón españolas, menos una, se han acogido a un Plan Nacional Transitorio (PNT) que les otorga un límite de emisiones entre 2016 y 2020. La que ha optado por no acogerse a dicho Plan, Alcudia II, sólo podrá operar 17.500 horas hasta 2023; luego cerrará.
El límite de emisiones establecido por el PNT se calcula en toneladas anuales, se aplica a cada una de las centrales y se reduce linealmente. Ahora bien, está previsto que una futura Orden Ministerial reparta esas toneladas por empresas, dándoles libertad para que operen con unas u otras centrales, siempre que no se supere el valor máximo conjunto de todas las instalaciones.
Basándose en esas premisas, la CNMC cree que la producción eléctrica de las centrales de carbón será "significativamente menor" este 2016 que en 2015. Concretamente, augura que pasará de unos 52 TWh a una horquilla que va de 42 TWh a 37 TWh, o sea, de un 19 a un 28 por ciento menos.
Este pasado año, el carbón ha sido la segunda fuente de producción de electricidad, con el 20,3 por ciento del total, por detrás de la nuclear y por delante de la eólica, según los datos de REE.
Sin invertir en desnitrificación
Una de las claves del cálculo del organismo regulador es que da por sentado que ninguna de las empresas realizará este año las inversiones en desnitrificación que le permitirían reducir las emisiones de NOx sin disminuir la producción de electricidad.
El Gobierno elaboró el pasado mes de mayo una Orden Ministerial que plantea un nuevo sistema de ayudas para el carbón autóctono basado en la reducción de las emisiones de NOx que todavía está pendiente del visto bueno de Bruselas para su aprobación. En esta propuesta normativa, cifraba en 90.000 euros por MW instalado el coste de invertir en la tecnología de desnitrificación.
La CNMC, en el informe en el que valoraba esta Orden, indicaba que sólo una de las nueve centrales que consumen carbón nacional, la de Soto de Ribera, propiedad de EDP, sería rentable una vez acometidas las inversiones en desnitrificación. Precisamente uno de los grupos de esta central, el segundo, cerrará este año, así como el grupo 2 de Compostilla.
La CNMC también cree que cerrará la central experimental de gasificación de carbón de Elcogas, si bien su informe se ha elaborado antes de la propuesta de viabilidad conocida hace unas semanas para esta instalación, que consiste en hibridarla con biomasa para que obtenga una retribución mayor.