
CaixaBank ha puesto en marcha la primera iniciativa del sector financiero español para compensar las emisiones de CO2 de toda su organización, incluyendo su red de 5.300 oficinas. La entidad ya compensó el año pasado el carbono de su sede central y la ampliación al resto, que arranca este 2015, culminará en 2018, exigiéndole el desembolso de 100.000 euros anuales.
La compensación de CO2 de una entidad consiste en que invierta en proyectos limpios que eliminen de la atmósfera un volumen de emisiones equivalente al que produce habitualmente; lo más frecuente es que sean plantaciones de nuevos bosques, pero CaixaBank ha escogido la ampliación de una central hidroeléctrica de 6 MW en Chile, denominada Mariposas, con una producción estimada de 40.000 MWh anuales. El cálculo de las emisiones ahorradas por la central siguen la contabilidad internacional -están garantizadas por Clean CO2- y los estándares ambientales de la instalación cuentan con el aval de Verified Carbon Standard.
Adicionalmente -y en esto hace mucho hincapié la entidad financiera-, la actividad de la hidroeléctrica generará riqueza en una zona deprimida: 250 empleos durante la construcción y cinco puestos permanentes para su operación y mantenimiento; asimismo, beneficiará a 2.200 agricultores, puesto que además de producir electricidad renovable, el agua se empleará para irrigar campos de cultivo.
El paso dado por CaixaBank es extraordinario. Lo normal es que las empresas que se preocupan por su contribución al efecto invernadero la calculen y la reduzcan consumiendo energía totalmente renovable e invirtiendo en eficiencia energética -como la iluminación LED-, medidas que son positivas para los resultados a medio y largo plazo. Rara avis es la organización que, además, se rasca el bolsillo por el clima sin obtener un beneficio económico directo a cambio, aunque haya retornos indirectos gracias al buen nivel de su Responsabilidad Social Empresarial.
En el sector financiero español sólo el Banco Popular compensa parte de sus actividades y en el extranjero se cuentan con los dedos de una mano las entidades que compensan todas sus actividades, como Credit Suisse.
Número uno en medio ambiente
Antes de adentrarse en el terreno de la compensación, CaixaBank ya era el número uno de su sector en la lucha contra el calentamiento en España: de acuerdo con el último informe de CDP -la prestigiosa ONG antes denominada Carbon Disclosure Project-, ninguna entidad financiera es más transparente ni saca mejor puntuación a la hora de abordar el problema con prácticas como disponer de objetivos internos de reducción de emisiones, incentivar la gestión del calentamiento o calcular su huella de carbono incluyendo en ella el CO2 emitido por sus proveedores (Alcance 3).
En aras de cumplir su vocación de sostenibilidad, la entidad presidida por Isidro Fainé desmbolsó el año pasado 3 millones de euros en eficiencia energética -le rendirán un millón en plazos de seis a diez años- y consume electricidad totalmente renovable que le suministra Gas Natural Fenosa. En 2014 bajó su consumo eléctrico un 7 por ciento y redujo los viajes un 36 por ciento gracias a las reuniones virtuales; en total -con cuatro categorías de Alcance 3 inclusive- emitió 29.954 toneladas de CO2.