
El aumento de precio de la celulosa, la mayor producción de energía y la reducción de costes impulsan los resultados de Ence, que obtiene un beneficio neto de 35,1 millones de euros en los primeros nueve meses del año, frente a pérdidas de 139,7 millones en el mismo ejercicio del año anterior. El resultado bruto operativo (ebitda) registra un aumento del 250%, hasta alcanzar los 141 millones. Las ventas ascienden a 487 millones.
Una tonelada de celulosa se pagaba a 547 euros en el tercer trimestre de 2014; hoy exige un 32% más, hasta 722 euros, impulsada, sobre todo, por la demanda de la clase media china. Eso, más la apreciación del dólar respecto al euro, han permitido que el ebitda de este área de negocio haya escalado un 299%.
La segregación de la actividad de biomasa, junto con el aumento del precio del mercado mayorista de la electricidad, han llevado a que su ebitda crezca un 123%.
Y en cuanto a la reducción de costes, ha sido del 11% durante el período, con un impacto estimado de 10,5 millones en el ebitda del conjunto del año.
El resultado de todo ello es que la deuda se ha reducido de 284 a 257 millones y que la liquidez ha subido hasta 228 millones.
La buena tendencia ha permitido que la empresa haya reestructurado su deuda. Hace unas semanas, mejoró las condiciones de un bono de 250 millones: el tipo ha bajado del 7,25% al 5,37%, el vencimiento se ha alargado dos años -hasta 2022- y se han ajustado las garantías.
Ignacio de Colmenares, consejero delegado de la empresa, ha señalado que "los resultados de los nueve primeros meses del año reflejan que el plan de mejora de la competitividad puesto en marcha está siendo un éxito y nos encamina al cumplimiento del ambicioso objetivo que nos habíamos marcado de alcanzar los 200 millones de ebitda ajustado en 2015".