
Las relaciones entre los barcos chinos y estadounidenses en el disputado mar de la China Meridional se pueden complicar aún más tras la introducción por el ejército oriental de sus nuevos misiles antibarco.
Un informe realizado por el Congreso de los Estados Unidos examina la capacidad de los nuevos misiles YJ-18, que se disparan desde submarinos y que aceleran hasta varias veces la velocidad del sonido justo antes de hacer impacto, lo que hace más difícil para los marineros defenderse de ellos.
El YJ-18 viaja a 965 km/h y a sólo unos pocos metros de la superficie del mar y cuando se encuentra a sólo 37 kilómetros de su objetivo, pasa a más de Mach 3. "La velocidad supersónica hace más difícil acertar al proyectil con los cañones de abordo, y también complica el seguimiento por parte del rádar", afirma Larry Wortzel, presidente de la comisión que examina esta amenaza en el legislativo estadounidense.
Lanzado desde un submarino
Su amplio despliegue por parte de China, unido a sus sorprendentes características militares, "podría tener serias implicaciones en la capacidad de los barcos de superficie estadounidenses para operar libremente en el Pacífico occidental en caso de conflicto", añade la comisión.
El informe se publica sólo unos días después de que el destructor USS Lassen entrase en la zona de 12 millas náuticas que China reclama como propias en torno a los arrecifes que Pekín intenta hacer pasar por islas. Uno de esos islotes en formación podría contar pronto con un aeródromo desde el que podrían operar los aviones más grandes del gigante asiático.
Estados Unidos ha respondido con su peculiar patrulla a las reclamaciones chinas, y demuestra así que no reconoce su soberanía sobre los arrecifes en disputa.