
El mercado español de los operadores móviles virtuales (OMV) ha sufrido la baja de Bankinter, hasta la fecha el único representante del sector financiero en dicho negocio. Su nacimiento se remonta a 2008, en el albur del negocio de los OMV, y el adiós se ha producido casi en silencio, el pasado verano, sin que hasta la fecha apenas trascendiera en el mercado.
Los cerca de 30.000 clientes de Bankinter Móvil migraron en mejores condiciones a Simyo, proveedor tecnológico del OMV bancario. Todos ellos fueron compensados con un descuento de 10 euros en la primera factura.
La entidad financiera decidió cambiar de estrategia y prescindir de una línea de actividad que en los últimos años había ido perdiendo interés tanto en los usuarios como en la entidad. Impulsar la banca en el móvil fue el argumento que animó a Bankinter a explorar el negocio de la telefonía, igual que décadas atrás hizo para promover la banca online con la ayuda de su propio ISP (proveedor de servicios de internet). Sin embargo, según ha podido saber elEconomista, el banco consideró que el móvil virtual ya no cumplía los objetivos inicialmente previstos.
Impulso de la banca móvil
Los precios ventajosos ofrecidos por Bankinter para que los clientes de la entidad pudieran consultar gratuitamente su cuenta bancaria a través del móvil dejó de seducir a los usuarios ante la popularización de los smartphones y el abaratamiento generalizado de las tarifas planas de datos.
Bankinter también sufrió en su negocio de móvil la presión competitiva de las ofertas convergentes, lideradas por los grandes sector: Telefónica, Vodafone y Orange. En ese entorno competitivo, según explican fuentes próximas a la entidad, resultaba muy complicado para Bankinter Móvil ofrecer tarifas interesantes con las que retener a sus abonados del móvil, que en su práctica totalidad eran clientes de la entidad bancaria. Tampoco los exiguos márgenes comerciales que manejan los operadores de móviles virtuales alentaban a la entidad financiera a mantener el servicio.