La farmacéutica madrileña Rovi anunció ayer que su presidente Juan López-Belmonte dejará las funciones ejecutivas en la compañía próximamente. El laboratorio, en manos de la familia, quedará a cargo de sus hijos, ya presentes en el consejo de administración del laboratorio. El cambio generacional en la empresa conllevará también un traspaso de acciones. Y es que Juan López-Belmonte, hasta ahora máximo accionista de la sociedad, cederá a sus tres hijos el control accionarial.
Actualmente, los López-Belmonte controlan el 69,64 por ciento del capital a través del vehículo inversor Clidia, del que el presidente del laboratorio posee, a su vez el 52 por ciento y el resto corresponde a sus hijos. Ahora, según comunicó ayer el laboratorio, esta sociedad se liquida y las acciones pasarán en su totalidad al grupo farmacéutico.
Tras el nuevo reparto de acciones, el todavía presidente mantendrá un 13,93 por ciento del capital, y cada uno de los tres hijos un 18,57 por ciento.
Juan López-Belmonte, que ya había cesado en su condición de consejero delegado solidario de la compañía, mantendrá su cargo de presidente y miembro del consejo de administración.