Empresas y finanzas

Industria deja la decisión de cierre del almacén Castor al próximo Gobierno

  • La hibernación costará 17 millones de euros sólo este año 2015

La decisión del cierre del almacén de gas Castor no se tomará hasta el año que viene, lo que supone que el actual Gobierno no tendrá que pronunciarse sobre el futuro de esta polémica instalación, ni sobre una posible reclamación a ACS y Escal por dolo o negligencia en la misma.

Enagás indicó el martes que ha cerrado ya las condiciones del estudio solicitado al MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets) que permitirá disponer de una base al próximo Gobierno sobre la que poder tomar una decisión acerca de Castor.

Según la estimación del MIT, este estudio previsiblemente estará finalizado en el segundo semestre de 2016, siempre que no requieran datos adicionales- y analizará los diversos escenarios posibles de un nuevo arranque de la planta.

Según fuentes consultadas por este diario, el MIT ha solicitado los datos de funcionamiento del pozo desde la época en la que lo explotaba Shell hasta las inyecciones de gas realizadas por ACS y Escal -que provocaron más de 500 terremotos en la zona- y datos de otro tipo de instalaciones similares que maneja Enagás.

Con todos ellos, el MIT podrá hacer una serie de simulaciones sobre el resultado de su puesta en funcionamiento y la interacción con las placas tectónicas de la zona, pero no se espera que el instituto se pronuncie sobre la idoneidad o no de su utilización en el futuro.

Entretanto, Enagás ha mantenido ya reuniones con los alcaldes de la zona para explicarles la última fase del proceso de hibernación que comienza ahora y acabará, tal y como adelantó este diario, a mediados de noviembre.

Máxima seguridad

El objetivo del proceso de hibernación es llevar la infraestructura a una situación de máxima seguridad, sin gas en plataforma, gasoducto e instalaciones de tierra. Desde el inicio, lo prioritario para Enagás en todo momento ha sido y sigue siendo la seguridad de las personas, los bienes y el medio ambiente.

La primera medida tomada por Enagás fue el cierre de las válvulas de los pozos. Durante todo el proceso, la compañía no ha realizado ni realizará ninguna inyección o extracción de gas natural en el almacenamiento.

Según lo estipulado en el Real Decreto-Ley, la puesta en condiciones seguras de la instalación ha contado de varias fases: se realizó un estudio preliminar del activo, se elaboró el plan de hibernación y se inició su ejecución en marzo de 2015. En la actualidad, se está terminando la puesta en hibernación, a la vez que se está realizando el mantenimiento de la misma. Se han cambiado equipos que iban a funcionar a gas por otros eléctricos y se han inertizado los gasoductos submarinos y las instalaciones de tierra.

Para ello se retira todo el gas de la instalación de superficie y se sella con piezas de acero. Tras el cierre de los 12 pozos existentes, Enagás procederá a sellar con piezas de acero insertadas a 1.700 metros de profundidad, bajo el fondo marino, algo que supone un reto al que sólo se enfrentan tres compañías en el mundo. En este caso, el trabajo especializado ha sido contratado con la americana Weatherford.

En las próximas semanas, el gas que existe en la infraestructura se quemará por la antorcha de la planta y posteriormente se llenará de nitrógeno para que quede aislado.

Al finalizar todo este proceso, se quedarán en funcionamiento los servicios auxiliares (detección y extinción de fuego y alumbrado) y los sistemas para el mantenimiento básico. Todo el proceso, además, será auditado por Lloyd's, que también se ha encargado del análisis previo de los riesgos.

En una estimación preliminar, el coste de la hibernación ascenderá a 17 millones de euros en 2015 y posteriormente esta cantidad será sensiblemente inferior, porque no incluirá los costes del proceso. El Juzgado de Vinaroz, entre tanto, sigue estudiando el caso por un presunto delito ambiental.

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