Empresas y finanzas

Italia retoma el camino de las privatizaciones con salidas a bolsa

  • El Gobierno de Roma quiere rehacerse recaudando 4.000 millones de euros
Matteo Renzi

El objetivo, fijado en marzo de 2014 por el Ministro de Economía Pier Carlo Padoan, era conseguir 20.000 millones en el bienio 2014-2015 para reducir la deuda pública, llevando a cabo el programa de privatizaciones más grandes de los últimos 20 años. Sin embargo Roma, de momento, ha cosechado sólo 6.000 millones de euros: el Estado italiano ha vendido el 35% del holding de infraestructuras CDP Reti a State Grid of China (la sociedad que gestiona la Red Eléctrica china) por 2.100 millones; Ansaldo Energia a Shanghai Electric por 400 millones; el 5,74% de la eléctrica Enel a varios fondos de inversión por 2.200 millones, además de sacar a bolsa el astillero Fincantieri recaudando 350 millones con respeto a los 600 millones previstos.

El verano del año pasado el fracaso de la operación Fincantieri alertó al Gobierno de Matteo Renzi sobre los riesgos de una venta masiva de activos. Por esto Roma ha reajustado sus objetivos para 2015 pasando de 10.000 a 6.000 millones de recaudación. Con los 2.200 millones procedentes de la venta de acciones de Enel, realizada en febrero, faltarían alrededor de 4.000 millones para cumplir las promesas. Renzi piensa hacerlo sacando a bolsa un 40% de los Correos (Poste Italiane) en el mes de octubre.

Es la segunda vez que el Gobierno intenta privatizar los Correos: el año pasado el grupo no salió a cotizar a la espera de presentar resultados mejores. Ahora Poste Italiane, que acaba de aprobar la operación en su asamblea, se presenta al mercado con beneficios que se han duplicado en los últimos seis meses, llegando a los 435 millones con respeto a los 222 millones del mismo periodo de 2014, mientras el facturado ha aumentado un 7% llegando a los 16.000 millones.

Correos, el negocio más rentable

El negocio más rentable de los Correos italianos son los servicios financieros, administrados por la filial Banco Posta que es, de hecho, el banco que más oficinas tiene en el país (13.200 frente a los 7.400 de UniCredit y a los 4.400 de IntesaSanpaolo, los dos principales bancos privados italianos). Con la crisis del servicio postal, el grupo ha intentado diversificar sus actividades en la logística y en el sector financiero.

Este último es el que más importancia tiene en el facturado del grupo: en los primeros seis meses del año la compañía ha conseguido ingresos por 16.000 millones, 11.000 por la venta de seguros y casi 3.000 por la actividad bancaria. Por esto Poste Italiane estudia seguir aumentando sus depósitos (ahora alrededor de los 420.000 millones) hasta los 500.000 millones en 2019. Banco Posta se acercaría así a los grandes bancos privados, superando Intesa (370.000 millones de depósitos) y alcanzando UniCredit (570.000 millones).

Si la operación fuera con éxito Renzi podrá lucir la privatización más grande realizada en Italia desde la venta de acciones de la petrolera Eni y la eléctrica Enel llevada a cabo en los noventa. El logro del Gobierno italiano no sería tanto el efecto de la recaudación sobre la deuda, ya que 4.000 millones de euros son una gota en el mar de los más de 2,2 billones de euros de la deuda transalpina.

Esfuerzo presupuestario

Más bien se trataría de dar una señal a Europa, para demostrar el esfuerzo presupuestario, y a los inversores. Tras la venta de Poste Italiane, el Gobierno estudia sacar a bolsa en 2017 los Ferrocarriles (Ferrovie dello Stato), la compañía que gestiona el control del trafico aéreo Enav, además de la agencia de crédito a la exportación Sace y necesita el soporte de los inversores, sobre todo internacionales.

Los obstáculos, sin embargo, están a la vuelta de la esquina: la Unión Europea acaba de suspender la decisión de Poste Italiane de recortar el servicio postal en los ayuntamientos más remotos del pais, entregando el correo cada dos días en vez que diariamente (para aumentar la rentabilidad).

Además, la privatización de los Correos tendrá que pasar por un pulso con los sindicatos de un grupo que década tras década se ha convertido en el símbolo de la ineficiencia de los servicios públicos italianos. Es probable, que la salida a bolsa afecte de alguna manera los 145.000 trabajadores del grupo con consecuencias políticas sobre el Gobierno: Renzi tendrá una vez más que encontrar el equilibrio entre su imagen de lider reformador y el liderazgo del principal partido del centroizquierda transalpino, mientras la ala socialdemocrata de su mismo bando sigue tendiéndole emboscadas.

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