La empresa semipública Red Eléctrica de España (REE), titular de la red de transporte de electricidad y operador del sistema eléctrico, obtuvo un beneficio neto de 309 millones de euros durante el primer semestre del año, una cifra que es un 6,5 por ciento mayor que el beneficio obtenido en el mismo período del año anterior.
El volumen de negocio ascendió a 972,7 millones, un 5 por ciento más, y el resultado bruto de explotación (ebitda) fue de 740,3 millones, un 6,6 por ciento mayor. Dos factores lo impulsaron: el transporte de energía y el negocio de telecomunicaciones.
Este último, resultante de la adquisición de los derechos de uso y explotación de la red de fibra óptica de Adif, multiplicó por cuatro las ventas hasta los 41,5 millones. Ahora bien, ayudo a que los costes operativos subieran un 3,3 por ciento.
La deuda se redujo en 363 millones, hasta los 5.046 millones. Tiene un coste medio del 3,2 por ciento y una vida de seis años. Durante el período informado, la empresa emitió 500 millones en bonos.
Las inversiones, por su parte, han decrecido un 9,3 por ciento, al pasar de 249 millones a 226 millones. La empresa destaca que el 90 por ciento se destinó a las redes de alta tensión españolas.
En el período destaca la obtención de la licencia de explotación de la interconexión Mallorca-Ibiza, la adjudicación de una línea en Perú y la cesión de la central de Chira en Gran Canaria.
Todas las cifras, presentadas por el nuevo consejero delegado de la compañía, Juan Lasala, encajan en el Plan Estratégico de la empresa, que está pendiente de que el Gobierno apruebe la nueva retribución al transporte, actualmente en fase de alegaciones; Lasala, en su intervención ante los analistas, se mostró convencido de que se aprobará "antes de las elecciones". Sobre la Planificación energética a 2020, también en tramitación, espera que se apruebe "pronto".