
En una jornada negra para el fútbol, las autoridades estadounidenses en colaboración con sus homólogos en Suiza detenían este miércoles a varios líderes de la FIFA, en un caso de corrupción que hasta el momento incluye a un total de 14 personas, según las acusaciones presentadas en Brooklyn por la secretaria de Justicia estadounidense, Loretta Lynch. En dicho caso, también se mencionan a otros 25 individuos como co-conspiradores, en una investigación que todavía no ha llegado a su fin.
Al mismo tiempo, las autoridades suizas han abierto causas penales relacionadas con la concesión de las Copas del Mundo del 2018 y 2022. Andrei Markovits, profesor de política comparada y co-autor de los libros Fuera de juego: Fútbol y el Excepcionalismo Americano y Jugando con el Mundo: Como los deportes están remodelando la política y cultura globales, califica los hechos de "vergonzosos", especialmente para el presidende de la organización Joseph "Sepp" Blatter.
"Esto es totalmente vergonzoso para Blatter y los poderes fácticos en la FIFA, pero en términos de consecuencias reales y verdaderos cambios es insignificativo por una razón y una razón solamente: el monopolio total de la FIFA sobre el juego del fútbol de asociación desde 1904", asegura este profesor de la Universidad de Michigan.
En este sentido explica que la FIFA es el señor sobre todas las normas y la existencia misma de este deporte y "puede excomulgar a los jugadores, equipos, ligas, países. Sólo la FIFA decide lo que realmente es el fútbol". Markovits afirma que el fútbol tiene dos dos campos de juego igualmente importantes: el club y el país. Puesto que ambos son igualmente importantes para todos los jugadores del mundo, una salida de la FIFA invalidaría la legitimidad de un país y declararía a sus jugadores fuera de la ley. Los jugadores nunca aceptarían una situación en los equipos nacionales fueran proscritos de la FIFA. 

"Los grandes clubes de Europa hace tiempo han dejado de necesitar la FIFA. Hace mucho que podrían haberse salido y formar una liga propia y jugar su propio juego. Lo único que les ha impedido hacerlo es la posición perfectamente monopolística que la FIFA tiene sobre este juego", añade. "Si las federaciones europeas comprendidas en la UEFA se apartaran colectivamente de la FIFA, y jugaran ellos los torneos en 2018 y 2022, aparte de la Copa del Mundo, la FIFA estaría muerta. Pero las federaciones europeas están lejos de unirse a dar un paso tan importante", aclara Markovits en un informe emitido por la Universidad de Michigan tras darse a conocer la investigación que llevan a cabo las autoridades estadounidenses.