
Las pymes han pasado de ser las grandes perjudicadas del cerrojazo del grifo del crédito en plena crisis a convertirse en un cliente disputado por la banca. Que la maquinaria comercial vire en su favor les beneficia con una financiación que avanza a ritmos de dos dígitos y su precio se ha abaratado un tercio en el último año. Pero los banqueros que han presentado resultados estos días -primeros espadas de las grandes entidades- avisan que la contienda comienza a rozar umbrales peligrosos para el sector, con el riesgo de expulsar a algún jugador o deteriorar márgenes si no se frena la escalada de rebaja en intereses.
El precio medio de los créditos para empresas en importes inferiores al millón de euros, normalmente asociado a las pymes, cayó en el primer trimestre al 3,98 por ciento, 1,578 puntos básicos inferior al 5,562 por ciento de marzo de 2014. Retrocede más del 28 por ciento, frente al 21 por ciento de descenso cuando la operación excede el millón de euros -su TAE baja 0,623 puntos, hasta el 2,285-, revelan las últimas estadísticas del Banco de España.
Prestan 98.700 millones
Si durante los peores momentos de asfixia la banca imponía tres puntos porcentuales adicionales en las escasas operaciones que concedía a pymes frente a las corporaciones mayores, ahora les separa 1,699 puntos. En pleno ataque a la deuda, en agosto de 2012, la TAE llegó a ser del 5,642 y 2,589 por ciento, respectivamente; algo, en todo caso, tan exageradamente caro que el hasta el Banco Central Europeo (BCE) alertó de que convertía en innacesible el préstamo para la pyme, en un país donde más del 90 por ciento del tejido productivo son compañías de menos de 250 empleados.
Precisamente es el BCE y las medidas que arbitra para que el crédito recale en las economías el gran detonante de la actual situación. La rebaja de tipos en la financiación se precipita con el macropréstamo al 0,15 por ciento realizado en septiembre y diciembre pasado por el BCE. Las entidades españolas solicitaron el tope permitido: más de 42.000 millones o el equivalente al 19 por ciento de los 212.441 millones entregados por el organismo al conjunto de entidades del euro, bajo la condición de prestarlos.
La industria financiera quieren compensar el menor beneficio con mayor volumen. Y es verdad que la reactivación económica y la mejora de la confianza ayuda a prender la brecha en la demanda, pero el importe contratado sigue siendo insuficiente. El saldo en cartera de la gran banca se reducía un 1,5 por ciento interanual al final del trimestre. Aún cuando quedan muy atrás los momentos de caídas superiores al 7 por ciento en el stock, también revela que el negocio nuevos es insuficiente para superar en magnitud al repago de deudas, sobre todo hipotecarias de familias.
El nuevo crédito aumentó un 5,79 por ciento interanual en el trimestre, hasta alcanzar los 98.715 millones, el doble de lo tomado en préstamo del BCE. Del total, 33.902 millones fueron a pymes; otros 50.853 millones a sociedades de mayor dimensión, donde comienza a subir la concesión; y en hogares, se firmaron hipotecas por 7.206 millones y 2.769 millones para compra de bienes de consumo, de acuerdo a los datos provisionales del Banco de España. Con solo repetir esta actividad trimestral, se alcanzaría los 395.000 millones de nueva producción este año, en todo caso, menos de la mitad de los 913.248 millones dispuestos en 2008.
La banca quiere ganar clientes a los que vincular con otros productos, a fin de cimentar los resultados de los próximos años, aunque con un sacrificio de rendimiento que hoy preocupa.