Empresas y finanzas

"Tenemos 2.000 tiendas pero me gustaría vender Naturhouse hasta en Marte"

Tras siete años planeando la salida a bolsa, la semana que viene Naturhouse pasará a ser una empresa cotizada del mercado español y Félix Revuelta, su presidente, explica su proyecto. Su carta de presentación es potente: los márgenes más elevados del sector, el dividendo más rentable de la bolsa española y, además, que tiene una empresa que no necesita dinero para crecer

Son las 11 de la mañana de un miércoles. Se abren las puertas del ascensor y tras ellas, y con algo de retraso, aparece un hombre enérgico y extrovertido. Tras un firme apretón de manos y la sesión fotográfica de rigor, Félix Revuelta, presidente de Naturhouse, nos invita a su despacho. Aunque los motivos de la visita son más que evidentes, es inevitable comenzar el encuentro preguntando por la UD Logroñés, equipo de Segunda División B del que Revuelta es presidente (quiere consolidarlo en la División de Plata). "El fútbol es lo más complicado a lo que me he enfrentado, más que los negocios", bromea. "El modelo que ha aplicado Fernando Roig en el Villarreal es lo mejor que he visto, con una visión empresarial brutal". El apellido Roig es sinónimo de Mercadona: "Juan Roig es un fenómeno, ha sido capaz de convertir un negocio normal en un negocio excelente y, además, con una gran visión. Tanto para él como para mí lo importante es el consumidor. Él dice que el consumidor es el jefe, yo digo que es el rey. Ésa es la única diferencia que tenemos, él a gran escala y yo a más pequeña".

Pero sin duda, ambos empresarios tienen más en común de lo que parece, ya que Félix Revuelta es un hombre hecho a sí mismo. Bajo el grupo Kiluva, del que controla más del 60 por ciento, nació la primera tienda de Naturhouse en 1992 y, a cierre de 2014, eran más de 2.000 los establecimientos que ofrecen ayuda para adelgazar. No obstante, Revuelta tiene hambre de más, y éste ha sido uno de los motivos que le ha llevado a ofrecer el 25 por ciento de su buque insignia a nuevos inversores, siendo el día elegido el 24 de abril. Tal es su apetito, que el presidente de Naturhouse asegura, entre risas, "a mí me gustaría estar en Marte vendiendo Naturhouse".

De momento, se tiene que conformar con los 27 países en los que Naturhouse está presente. "Salir a bolsa era uno de mis objetivos. Creo que la empresa familiar empieza porque un señor monta una compañía un día y la hace crecer. Cuando lo consigue, intenta internacionalizarla y en este paso te das cuenta de que tienes una empresa importante y que la tienes que profesionalizar y una salida a bolsa cumple ese objetivo. Es como tener un doctorado". De hecho, su caso se estudia en escuelas financieras como Esade.

Este proyecto no es flor de un día, ha rondado por la cabeza de Félix Revuelta durante los últimos siete años, por lo que la pregunta es inevitable, ¿por qué ahora? "A la compañía le faltaba internacionalización". Eso sí, apelando al personalismo que, según Revuelta, caracteriza al español, "el compromiso de permanencia en Naturhouse es total. Voy a mantener mi participación a no ser que el día de mañana me digan de la CNMV ¡oye tienes que sacar más a bolsa! Entonces lo haré, pero yo quiero tener mi mayoría siempre". ¿Se plantea perder el control con el paso de los años? "Yo creo que lo importante en una empresa que cotiza en bolsa es que haya alguien que mande, no que lo haga con un 0,4 por ciento".

La pasión por una empresa que él mismo ha hecho crecer es más que evidente, pero ahora una de las cuestiones más importantes es cuál será el reclamo para que el inversor también se enamore de Naturhouse. Uno de los elementos que primero destaca es el margen de beneficio, que ronda el 23 por ciento, muy superior al sector. ¿Cómo lo consigue? "El 90 por ciento de nuestras ventas depende de 20 productos. Además, estamos en todo el proceso de la cadena de valor [posee participaciones minoritarias en sus distribuidores]. Al final, todo se reduce a saber gestionar".

En este punto, surge la duda de si uno de los riesgos a los que se enfrenta Naturhouse es a las batallas judiciales porque algún producto falle, pero Revuelta no titubea ni un segundo: "Es imposible. Los complementos alimenticios se hacen con características de farmacia, aunque no es obligatorio. Es decir, se realizan en laboratorios farmacéuticos, y tienen los controles de los productos de farmacia pero no los efectos secundarios". Entonces, puede que uno de los peligros se esconda en la exposición de la empresa a mercados concretos, ya que el 40 por ciento de su facturación proviene de Francia. "La bajada más importante la tuvimos en España con la crisis, y la hemos cubierto con otros países, es decir, que ya tenemos experiencia en cubrir esas necesidades".

No obstante, el verdadero apetito que despierta una firma como Naturhouse es el dividendo que, según las pretensiones del grupo, supondría un 80 por ciento de los beneficios y sería uno de los pagos más rentables de la bolsa, con un rendimiento cercano al 6 por ciento. Con este porcentaje, parece obvio que a Revuelta le interesa más cobrar por dividendos. "Una cosa son los ingresos que proceden de la gestión y otra del rendimiento del capital. Yo cobro por resultados, es decir, que si no gano dinero no cobro".

De hecho, "al inversor español le gusta cobrar dividendos" y, tirando de comparación, "si Amancio Ortega los percibe, sus accionistas también. Por tanto, esta política de retribución es buena tanto para nosotros como para los inversores".

Con esta carta de presentación tan atractiva, ¿por qué la oferta es sólo para inversores institucionales? "Ha sido una decisión de los bancos colocadores, pero si hubiese habido tramo minorista, sólo con los franquiciados que tenemos habríamos cubierto la oferta".

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