Empresas y finanzas

El supervisor bancario chequeará que precios y estrategias sean sensatos

  • Pondrá la lupa sobre la calidad de capital, refinanciaciones y costes
Ramón Quintana, director general del Mecanismo Único de Supervisión. | L. Luque

El supervisor bancario europeo no va a dejar ningún riesgo sin escrutar. Se meterá en la cocina de la gestión, acercando la lupa tanto a cómo funcionan sus órganos de administración como con la observación de las políticas de precios o la incursión de la entidad en nuevas ofensivas, sin desviar el foco prioritario de la exposición crediticia y la cantidad y calidad del capital.

Así lo apuntó ayer el director general del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), Ramón Quintana, durante el XXII Encuentro del Sector Financiero organizado por ABC, Deloitte y la Sociedad de Tasación. El supervisor europeo, armado a contrarreloj con la proliferación de problemas bancarios durante la crisis para evitar la repetición de la debacle que puso en jaque la estabilidad financiera, llevó contra las cuerdas a varias economías, y costó miles de millones en ayudas a los contribuyentes, asumió las riendas en noviembre de 2014.

Pero su plan trabajo para 2015, detallado por el también responsable de supervisión del Banco de España y el español con mayor cargo dentro del MUS, está cargado de exposiciones a revisar. La prioridad, admitió, es vigilar la "calidad del capital". Las entidades van a tener que detallar cómo piensan transitar hacia el objetivo de CET 1 exigible en 2019 -fully loaded-, cuando algunos recursos dejarán de computar en la cesta de solvencia de primera categoría e informar sobre "el posible impacto" de medidas discreccionales nacionales.

No lo mencionó, pero entre las 150 normas aplicadas por jurisdicciones nacionales y no homologadas en leyes comunitarias, figuran los activos fiscales diferidos que examina la Comisión Europea en España, Italia, Portugal y Grecia -40.000 millones computan en nuestra banca como capital gracias al aval del Estado-.

El Banco Central Europeo (BCE) y la autoridad europea EBA los aceptó en el cálculo de solvencia, en contra del pulso del Ejecutivo Comunitario, cuyo potencial impacto ha sido minimizado por la industria.

El MUS da un paso más allá de chequear la solvencia porque proyecta escrutar la sensatez de las estrategias, a fin de estimar si la entidad es solvente y su modelo de negocio "fiable". "Esto es fundamental en el entorno actual donde las entidades están muy presionadas con dificultades de rentabilidad derivada del entorno macroeconómico todavía complejo", argumentó.

Bajo esta máxima los inspectores se proponen "entender" las estrategias bajo escenarios normales y de estrés y para ello buscarán comprender las proyecciones soportadas en dichas apuestas, e intentar detectar si las políticas de precios son adecuadas o "poco consistentes", si la de admisión de riesgos es "excesiva" y cómo es la eficiencia. Igualmente prestarán "atención" a la incursión en nuevas áreas, tanto en el lanzamiento de nuevos productos, como de negocios diferentes o la expansión a otros mercados. "Su implementación en las unidades de control y que funcionen es fundamental", dijo Quintana.

La gobernanza es otro eje de actuación. El supervisor quiere entender cómo son los órganos de gobierno, si se involucran en la gestión del riesgo y evaluar la calidad de la información de riesgos que llega a dichos órganos de gestión.

Precisamente, una de las áreas de vigilancia y preocupación principal es el crédito. El MUS tendrá un foco especial en la "revisión del riesgo" de empresas más apalancadas, sobre todo en bancos con un alto nivel de activos problemáticos, a los que pedirán explicar además cómo los reconocen, los provisionan y qué gestión hacen para reducirlos.

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